
El arroyo de la 85
Pero queda un tramo del ya canalizado arroyo de la calle 84 que no ha sido intervenido aún, como lo es el llamado arroyo de la calle 85, constituyéndose en el único realmente peligroso y potencialmente mortal en el norte de la ciudad. Esa es una tarea pendiente que debería dejar culminada durante su administración nuestro alcalde Pumarejo.
En estos días invernales los barranquilleros debemos reconocer que entre todos los muy importantes proyectos desarrollados en estos últimos 16 años, porque hay que incluir también los construidos por valorización general, el de la canalización de los arroyos más caudalosos, es uno de los que partió en dos la historia de nuestra ciudad. Hoy solo quedan en construcción dos cortos tramos en los extremos de esos arroyos canalizados; uno es donde se inicia el conocido como arroyo de “Hospital”, con obras actualmente en el barrio Chiquinquirá, muy lejos del caño de la Ahuyama donde vierte sus aguas; y el otro, el de “Felicidad”, con obras en un sector del barrio Lucero, para recoger las aguas desde la carrera 27, caudal que viene desde Los Andes, Los Pinos, y hasta de San Felipe. Es que aunque nuestros arroyos sean conocidos por el nombre de algunos de sus barrios, vías o hitos, sus cuencas de varios kilómetros de longitud y diversos ramales, recogen las escorrentías de gran cantidad de barrios. Pero queda un tramo del ya canalizado arroyo de la calle 84 que no ha sido intervenido aún, como lo es el llamado arroyo de la calle 85, constituyéndose en el único realmente peligroso y potencialmente mortal en el norte de la ciudad. Esa es una tarea pendiente que debería dejar culminada durante su administración nuestro alcalde Pumarejo.
Durante la última alcaldía de Alex Char fue anunciado con agradecimientos previos incluidos, que la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo había gestionado y logrado la financiación de la Nación para la canalización del mencionado arroyo. Luego lo indispensable hoy sería hacer la gestión necesaria para convertir en una feliz realidad el mencionado anuncio. Se trataría de una canalización de 1.200 metros lineales, desde la carrera 44 con calle 88, sector del parque Venezuela, atravesando la carrera 46 en diagonal, tomando la carrera 47 hasta la calle 85 donde ese tremendo caudal gira, bajando por la carrera 50, encajonándose sus aguas por un estrecho callejón a través de dos cuadras, hasta pasar por un largo box culvert que atraviesa por debajo la carrera 51B y la estación de servicio Petromil, para empalmar con la mega canalización del arroyo de la calle 84. Cuando este arroyo de la 85 esté canalizado, se podrá conducir por toda la ciudad aún en medio de aguaceros torrenciales.
En el otro extremo de ese mismo arroyo, una tarea que quedaría pendiente y que es clave para que la nueva Avenida del Río no sea, como lo es hoy, una vía inconclusa en su extremo norte, sería la de convertir en box culvert el canal en concreto por el que vierte sus aguas al río Magdalena el mencionado arroyo de la calle 84, canal ubicado entre Siape y el Centro de Eventos y Exposiciones “Puerta de Oro”, sobre el que debería construirse un par de calzadas con una solución vial en su acceso de la Vía 40, como podría ser una glorieta. Con esa obra, la Avenida del Río tendría sus dos extremos habilitados. Hoy está inconclusa y nos los tiene.
El alcalde Jaime Pumarejo ha sido claro al manifestar que las canalizaciones realizadas funcionan como los grandes colectores de un alcantarillado, y que la tarea futura sería la de construir cortas canalizaciones que recojan escorrentías menores para eliminar los arroyos de bajo caudal que aún existen en toda la ciudad. Y si se canalizaron los muy caudalosos, terminar la tarea sería más fácil. Queda claro que sólo se garantizará la continuación de estas tareas y proyectos si sabemos escoger nuestro próximo alcalde. ¡En eso sí que no podemos fallar!
nicoreno@ambbio.com.co
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