Soy un ciudadano común y corriente que entiende algunas cosas de nuestra ciudad, y otras no, entre estas últimas, al Transmetro, y en esta columna procuraré manifestar qué es lo que no comprendo de nuestro transporte masivo. Recordemos algo de sus inicios y de su transcurrir durante 12 años, hasta hoy. El Sistema Integrado de Transporte Masivo de Barranquilla y su Área Metropolitana, SITM, consta de los siguientes cuatro componentes: 1- Infraestructura (vías troncales, vías alimentadoras, estaciones, patios y talleres), 2- vehículos (buses troncales y buses alimentadores), 3- recaudo (sistema de recaudo) y 4- operación (control centralizado). Sus dos primeras troncales, Murillo y Olaya Herrera, con 13,4 Km., resultaron siendo las únicas, así como sus 16 estaciones, incluyendo la Joe Arroyo, que es la de retorno. Cuenta con un portal en Soledad y unos patios en Barranquillita. El costo de la inversión se dividió así: El 59,72% para infraestructura, aportando la Nación el 70% y el Distrito el 30%. El 40,28% restante fue aportado por privados destinado al parque automotor y su mantenimiento. La operación de recaudo fue contratada con privados. Como es sabido de todos, la flota no ha sido renovada desde su inauguración en julio del 2010, y se encuentra en un estado lamentable.
Mi inquietud se sucede cuando aprecio que Transmetro siempre anda con problemas económicos y con pérdidas recurrentes parcialmente solventadas por el Distrito, y repitiéndose que así como está, este es inviable. Reitero que como la mayoría de los ciudadanos, desconozco el tema, por lo que sería conveniente que se nos explicara cómo es la vaina. Parto de la base que el transporte urbano de pasajeros es un negocio, y así lo han manejado exitosamente los empresarios locales, cubriendo la totalidad de la ciudad, hasta el punto que hace tres años iniciaron una nueva línea que recorre desde el aeropuerto Ernesto Cortissoz, por la Circunvalación hasta el norte de la ciudad, con muy modernos buses a gas y con aire acondicionado, muy superiores a los de Transmetro.
¿Cómo entender que los transportadores privados sí ganen plata y Transmetro, que hace exactamente lo mismo, siempre pierda? Imaginemos un alimentador de Transmetro, destartalado, que lleva facturando 12 años, y paralelo a este un bus normal de Sobusa, Coolitoral, Coochofal, o cualquier otra empresa, ambos con un conductor, ¿Cual es el motivo real para que el de Transmetro termine su recorrido con saldo en rojo y los restantes con utilidades? Como no estoy criticando sino preguntando, la real diferencia que aprecio es que en un bus de línea se paga un pasaje por cada viaje, y en el masivo con un solo pago se pueden tomar varios buses para acercarse al destino. ¿Será esta la única causa de esa pérdida?
Como se anuncia que próximamente se iniciará la operación llamada SiBus, integrando todas las líneas de buses urbanos de la ciudad, con el uso de tarjetas, eliminando el efectivo, y que este en el futuro incluirá a Transmetro, me asalta una inquietud, y es si con ese próximo sistema se mantendrán o incrementarán los márgenes de utilidad para los empresarios del transporte, con lo que podría optimizarse la calidad de este servicio, porque si ocurre lo mismo que ahora con Transmetro, entonces nuestro muy precario sistema de transporte, se empeoraría, y eso sería fatal para la movilidad de decenas de miles de usuarios, y para la competitividad de Barranquilla y su Área Metropolitana. ¿Quién nos lo explica?
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