El discurso de Gustavo Petro en la Asamblea General de Naciones Unidas ha tenido una repercusión no sólo nacional sino internacional, es la primera vez que un presidente de Colombia se pronuncia de forma contundente y clara sobre el fracaso de la lucha antidroga liderada por Estados Unidos.

Frente al fracaso de la guerra contra las drogas cuatro reflexiones.

Primero. Llevamos como humanidad más de cuarenta años en una guerra con miles de muertos, un derroche de recursos económicos y ningún resultado importante, más allá de una incautación marítima o terrestre, quemar laboratorios o erradicar cultivos no hay un avance real que cambie la situación, estos resultados son ínfimos frente al negocio del crimen organizado más grande del mundo, quemar un laboratorio o erradicar unas hectáreas de hoja de coca no cambia en lo más mínimo el negocio, si queman un laboratorio levantan tres, si erradican de manera manual o con glifosato una hectárea de coca el nivel de resiembra crece al doble o hasta el triple, y si se les incauta droga la recuperan muy rápido porque los laboratorios son verdaderas fábricas de producción que no paran de día y de noche, entonces incautar una tonelada es un saludo a la bandera frente a la realidad del negocio a nivel mundial.

Segundo. Que Petro como presidente de Colombia denuncie públicamente el fracaso de la guerra contra la drogas es muy importante porque Colombia es el primer productor de cocaína a nivel mundial, pero no es el primer jefe de estado que lo dice, Barack Obama también lo dijo, la guerra contra las drogas no ha dado los resultados esperados después de un sacrificio tan alto en vidas y recursos, dijo el mandatario norteamericano, y Juan Manuel Santos dijo en su momento dijo "a veces pedaleamos y sentimos que estamos en una bicicleta estática, creo que llegó el momento de simplemente analizar si lo que estamos haciendo es lo mejor que podemos hacer, o podemos encontrar otra vía más efectiva y menos costosa".

Así como Santos y Obama varios expresidentes en América Latina se han venido pronunciando frente a este fracaso evidente en la lucha contra las drogas.

Tercero. Después de veinte años del plan Colombia, el país llegó a tener más hectáreas de hoja de coca que cuando empezó el plan, veinte años perdidos, el consumo no baja y mientras Estados Unidos y la Unión europea no reduzcan el consumo y los precios de venta los países productores como Colombia y Perú estamos en una sin salida.

Cuarto. Esta lucha solo se enfoca en la producción y no sabemos nada del lavado de activos en Estados Unidos y la Unión europea, a hoy no sabemos cómo se llama el Pablo Escobar gringo, o el cartel de Cali, Medellín o Sinaloa gringo, frente al lavado de activos y los caerles en los países consumidores sólo tenemos un silencio incómodo de estos gobiernos.

En conclusión podemos durar otros cuarenta, cincuenta o cien años de lucha antidrogas y absolutamente nada va a cambiar, siempre habrá un nuevo Pablo Escobar, Carlos Lehder, u Otoniel listo para apoderarse del negocio, ya nos dimos cuenta que dar de baja o capturar un cabecilla no es el fin de nada, simplemente es la aparición de un nuevo capo y el negocio sigue intacto a nivel mundial.

Es hora de poner encima de la mesa el tema de la legalización de las drogas, ya es evidente que nadie va a ganar ninguna guerra de nada, a los norteamericanos les gusta crear guerras y cruzadas mundiales que siempre pierden, como la guerra contra el terrorismo, guerra que le costó la vida a miles de inocentes en los países más pobres para que al final Trump terminara negociando con los talibanes, es hora de replantear si le seguimos poniendo muertos a guerras perdidas.

@nestorrosania