“No apostaría un céntimo por el futuro de un pueblo que no reconoce su pasado”, Paul Valéry.

La famosa frase del intelectual francés aplica en este momento del país cuando las Farc a cuenta gotas han dado algo de verdad, y una gota de verdad es el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado. A esta confesión de las Farc hay que darle un contexto frente a como se compone el modelo de la justicia transicional y es importante revisar los cuatro elementos que la componen.

Primero, Verdad: la verdad tiene dos funciones, una para las víctimas y la segunda para la construcción de memoria histórica, las victimas se dividen a su vez en tres, víctimas directas, indirectas y desaparecidos, y la memoria histórica es lo que conocerán las futuras generaciones sobre los actores y crímenes de este conflicto, la verdad es el elemento central de la justicia transicional ya que aquí es donde las víctimas se ven más beneficiadas y la confesión de las Farc aplica a lo esperado en este punto.

Segundo, Justicia: el concepto clásico de justicia es dar a cada quien lo que se merece, si aplicáramos este concepto de justicia las Farc, los paramilitares y agentes del estado que han violado derechos humanos, deberían pagar tres cadenas perpetuas, pero en el modelo de justicia transicional lo que se entra a negociar y en lo que se va a ceder es en justicia, pero con el fin último de parar una guerra y dar toda la verdad a las víctimas, esto es un argumento más que suficiente, por eso si dice la verdad se gana los beneficios de justicia, en esto cumple la confesión de las Farc.

Tercero, Reparación: la reparación tiene dos variables, económica y simbólica, la reparación económica esta planteada como lo fija la ley de víctimas en los montos y tiempos establecidos, pero la reparación simbólica también es fundamental y consiste en que los victimarios en el marco de la verdad pidan perdón públicamente a las víctimas , y este es el paso que permite avanzar en la reconciliación nacional y dejar atrás una generación de la guerra, hacer la confesión pública no es suficiente, se necesita el acto público de perdón a la familia Gómez Hurtado.

Cuarto, No repetición: el compromiso de los actores del conflicto de volver a tomar las armas y reiniciar la violencia. Esto que acabamos de describir es un modelo internacional de justicia que se aplica para la finalización de conflictos, no es un invento para beneficiar a las Farc, como lo ha intentado vender el Centro Democrático y sus seguidores, los paramilitares tuvieron también justicia transicional que fue la ley 975 de 2005, o sea, este modelo de justicia no es que sea nuevo en Colombia.

Ahora bien, cuando por fin después de 4 años las Farc comienzan a contar algo de verdad, el uribismo en pleno los intenta silenciar amenazando que se les saque de la JEP y que pasen sus procesos a la justicia ordinaria en contravía de todo el modelo de justicia. Curiosamente cada vez que en Colombia se dice contar la verdad del conflicto el uribismo en pleno y con todos sus aliados intentan silenciar a toda costa estos procesos, necesitamos mucha verdad por parte de las Farc, que por fin dio un paso, mucha verdad de los paramilitares como Mancuso que quiere empezar a contar, mucha verdad de los militares en los falsos positivos, pero parece que a grandes sectores del país como el Gobierno y el Centro Democrático les beneficia mas la guerra que la verdad, la pregunta es por qué será?