La llegada de Diego Molano como ministro de Defensa demuestra una vez más el criterio que tiene Iván Duque para escoger los ministros de su gabinete, o llegan pagando favores y cuotas políticas o por amistad y cercanía a él, no por conocimiento y experticia en la cartera que van a liderar. Diego Molano ha trabajado los temas sociales desde diferentes ángulos, desde acción social en el gobierno Uribe, el Bienestar Familiar en el gobierno Santos, en el sector privado desde la Fundación Bavaria, pero nunca en su vida ha trabajado los temas de seguridad y defensa nacionales, no tiene estudios en estas áreas, y de sus pocas intervenciones frente a temas de seguridad ciudadana se dio para las marchas del 21 de noviembre de 2019 cuando teníamos problemas por estructuras de tribus urbanas que estaban operando con vandalismo, su análisis frente a qué estrategia se debería implementar fue deberíamos crear en Bogotá un “protestódromo”... ese es Diego Molano. Ahora la presentación de Iván Duque de su nuevo estratega de defensa fue mejor, su carta de presentación en materia de seguridad es que es hijo de militar, que estudió en el colegio Patria donde estudian los hijos de los militares, y que quiere mucho a las fuerzas armadas.
Mientras el país vive una crisis de seguridad en las regiones donde disidencias de guerrillas y paramilitares están retomando el control, tuvimos más de 76 masacres en menos de un año, Naciones Unidas envío un mensaje al gobierno frente a este baño de sangre, hay graves denuncias de que las estadísticas de erradicación de cultivos estarían siendo infladas como lo denunció Noticias Caracol esta semana; la total impunidad sobre los perfilamientos a periodistas, políticos líderes de la oposición y defensores de derechos humanos por parte de miembros del Ejército; la grave situación de la seguridad ciudadana a nivel nacional que va de mal en peor, y con este escenario tan complejo traen a un inexperto a manejar la seguridad del país.
Ahora bien mi trabajo como investigador en materia de seguridad hace que tenga una comunicación constante con comunidades en las regiones más afectadas por el conflicto, quienes denuncian combates, desplazamientos y control territorial de grupos armados ilegales, pero en las cifras y estadísticas del gobierno que parecen sacadas debajo del sombrero no responden a la realidad del país, según ellos todo va bien y hoy somos una Colombia segura, un país con 76 masacres en un año en el sistema internacional es un país en guerra, pero acá nos venden la idea de que estamos bien, y lo peor es que este es el legado que viene a continuar y defender Diego Molano. Su papel será muy parecido al de Trujillo, que fue apagar incendios y tapar escándalos, pero no se ve que vaya a crear una estrategia de inteligencia y multidimensional en seguridad. Saldrá a leer comunicados, mostrar estadísticas y hablar golpeado, un libreto muy marcado en los ministros de papel, en los ministros de juguete.