Colombia asiste a una nueva jornada de cese de labores por parte de los docentes oficiales convocada por el sindicato que los agremia. Más allá de respaldar las peticiones hechas por los maestros o defender la posición y explicaciones del Gobierno, una cuestión más amplia y de interés general es cómo la organización formal de los docentes, a través de los sindicatos, termina afectando los sistemas educativos, en particular la calidad y los costos de la educación pública.

La calidad de la educación, en términos de los resultados obtenidos por los estudiantes, depende de múltiples factores algunos de los cuales pueden verse afectados por la acción de los sindicatos de maestros. La literatura sobre la materia ha encontrado tres vías de influencia de los sindicatos: en su incidencia para la asignación de recursos para el sector; en su efecto sobre la relación docente-administración y la efectividad de los primeros; y en su injerencia en la política educativa.

La primera de estas formas de influencia es la más clara. Comúnmente se identifican las peticiones de los docentes con mejoras salariales y de otros beneficios directos. De igual forma, los sindicatos buscan influir en aspectos puntuales como el número de docentes por estudiantes o el tiempo de trabajo en el aula, o en aspectos más generales como el presupuesto nacional asignado al sector.

Por su parte, la efectividad de los docentes está mediada por la relación entre estos y el gobierno. Un aspecto mucho más difícil de medir y evidenciar, pero que sin duda también resulta afectado por el poder de negociación de los sindicatos y del proceso de negociación mismo que se da entre ambas partes. Así, el clima de trabajo en las escuelas, las relaciones entre docentes y estudiantes, y las relaciones entre docentes y la administración se incluyen en este componente de influencia.

Por último, los sindicatos de maestros no solo buscan influir sobre aquellos factores que les tocan de manera directa. Pueden plantearse como objetivo incidir en la formulación de la política educativa en un sentido más amplio. En este caso, la posición de los docentes en temas como la implementación de colegios en concesión, la matrícula pública contratada con colegios privados, la definición del currículum y de estrategias pedagógicas son, en algunos casos, materia de discusión entre Gobierno y sindicatos.

Los sindicatos de docentes influyen en el proceso educativo. Si esta influencia conduce a una mejor y más eficiente asignación y uso de los recursos, o si por el contrario se traduce simplemente en mayores costos de la educación pública asumidos por la sociedad en general y en beneficio de un grupo en particular, requiere de investigaciones juiciosas que consideren la complejidad del proceso educativo y la no menos compleja influencia que ejerce sobre este la negociación colectiva entre docentes y el gobierno.

*Profesor del IEEC, Uninorte. Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad exclusiva de los autores y no comprometen la posición de la Universidad ni de El Heraldo.