Hace un tiempo le escuché decir a una mujer en una entrevista que ‘el sexo era el motor de la humanidad’, y, de acuerdo con los comentarios que encontré en redes sociales, muchos lo confirmaron.
Afirmaron que el ‘sexo movía montañas’, que por sexo el hombre entregaba su fortuna y que por sexo, básicamente, es que funcionaba el ser humano. Para ellos, como el sexo es instintivo, prima sobre cualquier otra cosa. Para ellos, no hay nada más poderoso que la energía sexual. Recuerdo leer con tristeza cada comentario, pues con cada uno de ellos, me daba cuenta de las carencias tan grandes que hay en nuestra sociedad y de lo vacíos que muchos podemos llegar a estar. Vacíos de valores. Vacíos de estructuras. Vacíos de amor. Creo profundamente que el que piensa que el sexo mueve la humanidad es porque no ha conocido el amor.
Sé que con esto me podrán algunos tildar de ‘cursi’ y que muchos más lo harán de ‘morronga’, pero esto que escribo hoy no lo hago con la intención de entrar en un debate moral (cada quién está en su derecho de pensar y hacer lo que quiera, siempre y cuando no invalide los derechos del otro), sino en mostrar con ejemplos que el amor es lo más instintivo que existe, y que no hay nada más poderoso que él.
Esta semana fue tendencia un niño en Estados Unidos de tan solo seis años, que salvó a su hermanita pequeña de ser atacada por un perro. El niño se interpuso de manera heroica, justo cuando el perro estaba a punto de atacarla, y terminó siendo severamente mordido en la cara. Al niño le tuvieron que coger 90 puntos, y aunque seguramente tuvo que pasar por un dolor infi nito, su respuesta cuando le preguntaron que por qué había hecho lo que hizo fue: “si alguien debía morir, creí que debía ser yo”. El niño reaccionó por instinto. El niño se movió por amor.
Por otro lado, está la historia de Naya Rivera, la actriz americana de 33 años, cuyo cuerpo fue encontrado esta semana sin vida en el lago Piru. La Policía la encontró luego de una intensa búsqueda, ya que esta tenía cinco días de haber sido declarada como desaparecida. Había alquilado un bote el pasado 8 de julio, para pasar un día con su hijo de cuatro años. Sin embargo, según lo que cuenta el niño y lo que reveló la autopsia, cuando Naya y su hijo se sumergieron al agua, ‘algo’ los empezó a halar.
Ella tomó fuerzas para salvarle la vida a él, pero no pudo salvarse ella misma. Naya reaccionó por instinto. Naya se movió por amor. Y como estos casos, hay millones. Hay millones de historias, de experiencias, de detalles y de momentos que demuestran cuán poderoso es el amor. No digo que el sexo no sea importante, no digo que no logre muchas cosas, no digo que no sea esencial para una vida en pareja, pero me niego a creer que es lo que mueve a la humanidad.
Porque cuando has tenido amor en tu vida, sea este amor de un padre, de una madre, de un hermano, de un amigo o inclusive que tengas una conexión tan grande con Dios, que puedas sentir su amor, sabes que esa es la verdadera gasolina que se necesita para seguir caminando hacia adelante.