¿Tienen los gobiernos subnacionales vocación diplomática? La respuesta corta es sí. Esta práctica se conoce en el mundo académico como la Acción Internacional Descentralizada, en términos más llanos, es la capacidad que tienen las entidades territoriales de establecer sus propias líneas en materia de relaciones internacionales, a veces por eso también se le da el nombre de ‘paradiplomacia’. Una gestión global paralela, que busca establecer vínculos con unidades pares por fuera de las fronteras nacionales.
En la Universidad del Norte, bajo la batuta del profesor Ángel Tuirán y con la colega Jolie Guzmán hemos investigado al respecto, de hecho hay un par de libros con el sello de la editorial institucional para quienes les interese. Es un tema de suma importancia, ya que en otras latitudes ha probado sus bondades para los territorios. La cuestión de las ‘ciudades hermanas’ no es un mero tema protocolario, al contrario, hay gran potencial en la materia. El mejor ejemplo que he estudiado y conocido de primera mano in situ es el del País Vasco, cuentan con cancillería propia, y han logrado unos avances enormes. Es suficiente con ver la incidencia internacional en la magnífica transformación de Bilbao, de alianzas globales sostenidas han nutrido no solo en el área de infraestructura sino también de ciencia (un ejemplo es Tecnalia). En fin, que Euskadi ha hecho la tarea muy bien.
Un error común para la audiencia en general e incluso algunos gobernantes es confundir los asuntos internacionales con el turismo y quererlos meter en la misma bolsa. Y es que tienen poco que ver. De hecho, los territorios que han podido desarrollar una marca en el mejor sentido de la palabra, es porque han sabido hacer esta diferenciación, y darle a la diplomacia descentralizada su espacio y valor.
En la era del expresidente Iván Duque, desafortunadamente las relaciones internacionales sufrieron algo así como un revés institucional, la vocería internacional no se sabía si estaba en cabeza de la Cancillería o de la Jefatura de Gabinete; en el escenario fuera de nuestros límites geográficos esta dualidad causó gran confusión. Pareciera que, con el nuevo mandatario, la orden es que el canciller recupere el monopolio del discurso hacia el exterior, lo cual celebro. Es importante entonces que se establezcan líneas desde las ciudades y departamentos interesados en afianzar su vocación global. Es relevante.
Cuando se piensa en oficinas de internacionalización o en la creación de cancillerías subnacionales, es normal que a la ciudadanía la idea no le suene mucho y piense que se trata de nueva burocracia inútil, puestos innecesarios. Pero hay que batallar desde la academia y la praxis con ese prejuicio y mala concepción de lo que son las RRII en el nivel local. ¿Cómo?, generando resultados que impacten. Los gobernantes que tengan voluntad política para ello necesitan equipos sólidos y eficaces con cabida en sus respectivas administraciones. Trascender de la foto con un embajador, para así, ir convenciendo al público de la importancia y bondad de estos procesos.