
La mujer del milenio
Son las protagonistas de una nueva historia en la que la historia dejó de ser protagonista. Ahora escriben las nuevas páginas del porvenir. Inspiran el futuro desde el presente y solo ocupamos un día para su reconocimiento. No debe ser un solo día el de la mujer: Será un milenio.
¡Vi una mujer inigualable. Sí. Estaba sentada frente a mí y sin decir nada le habló directo a mis sentidos. Es una ejecutiva de principios, accionista universal de los valores, propietaria exclusiva de sus elecciones.
Está exóticamente diseñada por la fuerza del amor. Sabe renovar su formación con un código pleno llamado reconocimiento. Es la supremacía de la información ganándole la guerra a la ignorancia.
Es la más afortunada de la historia. La fuerza de su carácter reside en su sensibilidad. Potencia la inspiración de sus admiradores con solo una mirada. Habla con tanta seguridad que redefine la belleza con un verso. Suele hacer poesía cotidiana con el ritmo de su acento. Escribe la prosa imaginada por heroínas ancestrales proyectando en sus decisiones la mejor idea del liderazgo.
Es el concepto aplicable más allá de la época, porque su época vive más allá de lo aplicable. Aunque es indescriptible, potencia el buen uso del lenguaje si se habla de ella. La mujer de hoy, la de ayer y la de siempre, encontró en su imaginación la capacidad de resolver dilemas imposibles desde el poder de una fuerza incontenible y residente en su voluntad. Lo que quiere, lo obtiene. Encuentra lo que busca, porque eligió ser superior a la dificultad. Venció la discriminación. Rompió las barreras del acoso y recorrió el camino de la autorrealización.
Antes de ellas, ninguna mujer podía expresar sus ideas como lo hacen hoy. Ejercen con libertad sus derechos, adquieren bienes, toman decisiones, dirigen la casa, emprenden, lideran, aman, educan, crían, promueven valores y desarrollan sus habilidades como ninguna otra generación pudo lograrlo. Hizo afortunados a los hombres dándoles la idea de la innovación y la competitividad. No es una musa inmortal. Tampoco un personaje ideal de las fantasías. Es una mujer real de esas que se ven todos los días.
Muestra la fuerza de las mayorías en las universidades, colegios, empresas, instituciones y esencialmente en las familias. Están sonriendo, llorando, lamentando o celebrando, pero ninguna especie les puede ser indiferentes. Sin proponérselo llaman la atención. Cuando se lo proponen son el centro de la discusión, las causas del acuerdo, el motivo de la disputa o la celebración.
Son las protagonistas de una nueva historia en la que la historia dejó de ser protagonista. Ahora escriben las nuevas páginas del porvenir. Inspiran el futuro desde el presente y solo ocupamos un día para su reconocimiento. No debe ser un solo día el de la mujer: Será un milenio.
Por ellas y por ti. Eres tú esa mujer. No se parece a nadie más que a ti. Eres la mujer del milenio.
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