La Serie del Caribe 2023, organizada por Venezuela, fue un éxito. Dejó la vara tan alta que fue catalogada como la mejor de la historia. También lo creo así. Pero, lo que viene parece ser mejor.

En 2024 el evento será en la ciudad de Miami, organizada por el mismo equipo de los Marlins de las Grandes Ligas.

Había entusiasmo en Colombia, que ha participado en las últimas tres ediciones. Había expectativa. Además, un equipo colombiano, Caimanes de Barranquilla, logró un título. Sin embargo, se anunciaron los países invitados para esta ocasión y Colombia no está entre ellos. Se prefirió invitar a Curazao, que no tiene liga constituida, y Nicaragua.

¿La razón? El dinero. La misma Liga Profesional de Béisbol Colombiano explicó las razones. La Confederación pidió 200 mil dólares para que fuera invitada. La LPB no estuvo dispuesta, al menos en el tiempo estimado en primera instancia, en desembolsar si esta cantidad no formaba parte del pago total que se le exige para ser miembro oficial del ente.

Más allá de buscar culpables, hay que ver pensar en lo que esto traerá para la temporada 2023-2024 de la pelota nuestra. La liga local no es la mejor en cuanto a organización, pese a que se hace un gran esfuerzo, no se cuenta con mucho apoyo ni privado ni gubernamental.

Tampoco es la más llamativa del Caribe, aunque ha tenido avances significativos en los últimos años. Peloteros, coaches, fanáticos y periodistas constantemente dejan ver las fallas del torneo.

Pero, por si fuera poco, ahora el campeón no irá a la Serie del Caribe. Seguramente no habrá el mismo interés por parte de los jugadores que se mantienen firmados por organizaciones de las MLB en jugar en su país.

Un pelotero que ha jugado Doble A, Triple A o Grandes Ligas, ¿por qué prefería venir a jugar en Colombia en vez de hacerlo en Venezuela o República Dominicana?

O, en todo caso, uno de los llamados ‘caballos’, con contrato garantizado, con posibilidades de viajar y llevar a la familia a Estados Unidos o a cualquier otro país, ¿por qué jugaría en diciembre en territorio colombiano en vez de prepararse físicamente para el próximo año?

Incluso, los dueños de equipos, que ya tienen la difícil tarea de costear los gastos que representa tener una novena en Colombia, ¿por qué armarían un roster costoso y con gran inversión si quedando campeón no se irá a la Serie del Caribe?

Habrá que inventarse algo. Un torneo internacional en Barranquilla, puede ser. Pero es un golpe duro. Tendrá sus repercusiones este mismo año. Habrá que atenerse a las consecuencias.