El objetivo de las nuevas reglas en el béisbol de las Grandes Ligas es hacer este deporte más universal. Es solo eso. Es simple.

¿Cómo se hace? Haciéndolo más atractivo, entretenido y llamativo. Para eso se tiene que contar con la televisión. Es la gran plataforma para difundir casi cualquier competencia de alto rendimiento.

Es por eso que se implementó el cronómetro para los lanzadores y bateadores. No es algo sin sentido. Todo está estudiado y con cuentas claras. Cada pitcher tiene 15 segundos después que recibe la pelota para realizar cada lanzamiento, 20 cuando tenga hombres en las bases.

Los bateadores, por su parte, deberán estar dentro de la caja de bateo cuando el reloj marque 8 segundos. Ambas cosas son castigadas de no cumplirlas.

Esta regla ha funcionado. Durante las dos primeras semanas de temporada, el tiempo promedio de duración de los encuentros bajó 31 minutos. Se está acercando a ser el más bajo desde 1984.

Los “más románticos” fanáticos de la pelota caliente han expresado estar en contra de esta regla en específico. “El que no le guste el béisbol así, que no lo vea”, “A los que nos gusta el béisbol podemos ver juegos de 4 horas”, suelen ser algunos de los comentarios en redes sociales.

Pero, ese es precisamente el detalle. Lo que se quiere con las nuevas reglas es atraer a nuevos fanáticos deportivos a esta disciplina. Desde los comienzos del béisbol siempre la duración de cada juego fue la principal queja de los que no son fanáticos acérrimos de él.

Un fanático no beisbolero claramente preferirá ver un juego de 2 horas y 30 a minutos a uno de 3 horas 10 minutos, que era el promedio el año pasado. Otro ejemplo es que, para venderle a la televisión, digamos, en Croacia, donde se ha visto una liga ya formalizada, un transmisión, es más probable que la compren si los juegos duran 2:30 a 3:10.

Es que menos tiempo y más dinamismo es mejor para todos. O pregúntenle a los que trabajan en el estadio si no prefieren llegar a sus casas 30 o 40 minutos antes. Una vez le preguntaron a Ernesto Jerez sobre la famosa ‘Jarra de café’, broma que hace con sus compañeros sobre las entradas extras, si le gustaba. Dijo que no. Que nadie quiere salir de su trabajo tarde, ni siquiera los amantes del béisbol.

Todo evoluciona. Cada deporte profesional, con el paso de los años, se va adaptando a los nuevos tiempos. Cada liga va buscando la forma de vender más. En el caso del béisbol, logrando que muchos más países se interesen, sería más global. Que es igual a más ligas de primer nivel, más jugadores, más entrenadores y más generación de empleo. Todo eso es tiempo y el tiempo, en el béisbol, vale oro.