Hace poco vi la posesión de Kamala Harris como primera vicepresidenta mujer, descendiente de esclavos, en uno de los países más importantes del mundo. Como padre de dos inteligentes mujeres, y teniendo una excelente esposa, me emocioné pensando que el mundo está cambiando. Que los seres humanos estamos creando un mundo más democrático, en donde no existan discriminaciones por sexo o por raza.
Independiente de todas las controversias que está viviendo Estados Unidos (que conozco muy bien porque mis dos hermanas son ciudadana de ese país y están casadas con norteamericanos, siendo una de ellas ferviente admiradora de Trump y la otra activista comprometida del partido demócrata) yo me alegro de que una mujer de raza negra ocupe el segundo puesto en un país tan importante como USA.
El primer escrito mío para EL HERALDO salió publicado el miércoles 31 de enero de 1979. Era un artículo defendiendo la educación sexual propuesta por Luis Carlos Galán cuando era ministro de educación. A partir de ese momento mi lucha por tres conceptos importantes está íntimamente ligada a este diario liberal. Por 42 años yo solo he dicho tres cosas, siempre de diferente manera:
1 - A las familias les he dicho muchas veces que “los niños y los jóvenes necesitan educación sexual”. Eso no lo inventé yo, la frase es tomada textualmente del Concilio Vaticano II. Ese mensaje ya es aceptado por la mayoría de los educadores y gran parte de los padres de familia.
2 - A las mujeres les he repetido una y mil veces que el placer sexual no es algo malo, sucio, vergonzoso ni pecaminoso. Les he explicado que Dios creó a la mujer con clítoris, un órgano cuya única función es generar placer sexual porque en los planes divinos está claro el deseo de que la mujer tenga orgasmos para el disfrute sexual de ella y de su marido. El derecho al placer sexual de la esposa es un mandato divino y estuvo presente desde el principio en la creación del universo. Eso también está claro para muchas mujeres que han pasado por mi consulta y hoy disfrutan intensamente de su vida conyugal.
3 - A los hombres les he tratado de enseñar que las mujeres tienen los mismos derechos que ellos. Mi mensaje de respeto y equidad con el sexo femenino ha chocado muchas veces con el machismo reinante en nuestra sociedad caribeña. Pero poco a poco los hombres han ido descubriendo las mieles de la actitud democrática con sus esposas.
La armonía conyugal y el sexo abundante y placentero que genera una esposa que se siente querida y respetada no tienen precio. Los hombres han ido descubriendo que el principal enemigo de una deliciosa vida sexual conyugal es el resentimiento que se genera en la mente de una esposa que se siente maltratada física, emocional, económica o psicológicamente. El machismo tiende a volver frías, indiferentes y poco afectuosas a las mujeres de los hombres machistas.
Hace poco vi una entrevista que le hacían a Isabel Allende, una feminista muy inteligente, de esas que no ve a los hombres como sus enemigos, sino como sus aliados en el proceso de transformación social, en donde se refería a la gran cantidad de cambios positivos hacia la democracia sexual, en donde todos los seres humanos tengamos los mismos derechos y las mismas responsabilidades. El camino del cambio cultural para desmontar las ideas machistas es largo, pero poco a poco vamos logrando una sociedad más justa.