
Lecciones de la pandemia
Hoy el conocimiento que produce la ciencia es la mejor inversión para dar seguridad y proteger la vida de los habitantes. Por esto, las prioridades en el presupuesto nacional deberían reconocer hacia el futuro que solo la ciencia podrá dar respuestas a los grandes desafíos de la supervivencia humana.
Por efectos de la pandemia de la covid-19, hemos aprendido que la única forma de resolver problemas complejos, como el que hoy enfrentamos, es el conocimiento científico. Desde el inicio de esta emergencia global, muchos científicos alrededor del mundo asumieron la tarea de aportar con evidencias para apoyar las decisiones de los gobernantes.
Las noticias de los medios cambiaron a sus personajes: ya no eran futbolistas, artistas o políticos. La audiencia exigía la presencia de sabios, que siempre habían vivido en el anonimato, para que les explicaran el destino de sus vidas.
Al principio, mediante modelos computacionales basados en datos masivos, los científicos aportaban la dispersión y el impacto del covid-19 en Colombia y el mundo. No era ya una cuestión de cifras, eran datos sobre personas. Cuando al atardecer de cada día nos entregaban el informe de personas fallecidas y contagiadas por el virus, nos estremecía especialmente cuando un amigo o conocido aparecía en el listado. Nos costaba creer cómo decenas de miles de personas perdían la vida por un virus letal ante nuestros ojos y nuestra impotencia.
Los científicos, acostumbrados a usar un lenguaje excluyente que la mayoría no entiende, aprendieron a comunicarse de una manera simple, utilizando todas las plataformas mediáticas disponibles para transferir con claridad las evidencias a los ciudadanos y los gobernantes, que son los responsables finales de las decisiones que se toman.
Junto al valor de la ciencia, una segunda lección de esta pandemia es que nos demostró de manera dramática que la globalización no es un discurso, es una realidad. El Nuevo Mundo es un gran país sin hermandad. El virus nos ha demostrado que los desafíos planetarios como la pandemia no pueden ser resueltos por acciones locales. De poco o nada sirve que nuestro país tenga más del 70% de su población vacunada completamente si hay países cuya tasa de vacunación es menos del 10%.
Cientos de millones de personas aún no se han vacunado en el continente africano, donde acaba de emerger el ómicron, que puso nuevamente al mundo en jaque. No podemos volver al enclaustramiento masivo. El descubrimiento de las vacunas inicia la salida de esta emergencia global.
Todos los días, miles de científicos en el mundo asumen la tarea de buscar nuevas evidencias para tener más claridad en la toma de decisiones. Esto no ha sido fácil, hubo que enfrentar con evidencias la incredulidad de algunos gobernantes, y el descrédito de grupos antivacunas. La respuesta de la ciencia es la evidencia, y esta habla por sí sola.
Es muy probable que la actual no será la última pandemia que afectará a la población del planeta. Los gobernantes tendrán que ir aclarando que ya no solo son las armas las que protegen a sus ciudadanos.
Hoy el conocimiento que produce la ciencia es la mejor inversión para dar seguridad y proteger la vida de los habitantes. Por esto, las prioridades en el presupuesto nacional deberían reconocer hacia el futuro que solo la ciencia podrá dar respuestas a los grandes desafíos de la supervivencia humana.
Más Columnas de Opinión

Sobre las pensiones de los “más ricos”
En las elecciones pasadas, en un foro de precandidatos presidenciales nos preguntaron qué proponíamos para las pensiones de los “más ricos”, pregunta dirigida a que prometiéramos reducirlas, según llevan años machacando los formadores de

La realidad es que algo anda mal
Ha sido fácil para mí en muchas ocasiones, tomar un hecho de actualidad, o una falla en la prestación del servicio de cualquier entidad publica o privada, para alimentar las ideas de mi mente y obtener escritos que son publicados en diferentes

Primer objetivo cumplido | Columna de Javier Castell López
El Mundial de fútbol, en este caso el de la categoría sub-20, es un torneo especial, distinto. En solo 3 partidos las selecciones tienen que clasificar a la siguiente fase, y de allí en adelante, su continuidad estará sujeta a ‘la muerte sú

“¿Y por qué yo no?”
Comparto con un amigo guajiro la preocupación por la suerte de los proyectos eólicos en ese departamento. Hace dos semanas resolvimos salir de Barranquilla para Uribia en una pesquisa sobre la crisis. Pasando Riohacha optamos por la vía a Manau