¿Cuál cree usted que debería ser la definición de una buena esposa? Hace solo cincuenta años, un respetado psicólogo norteamericano publicó una guía de la buena esposa. Aunque cueste creerlo, esto es lo que él recomendaba hace medio siglo.

-Ten la cena a punto. Planifícala con antelación, para así tener lista una comida deliciosa para cuando el esposo regrese. Es una manera de hacerlo sentir que has pensado en él y que te preocupas por sus necesidades.

-Estar preparada. Tómate quince minutos para descansar y así estar fresca para cuando el esposo llegue. Retoca tu maquillaje, ponte un lazo en el cabello y luce radiante.

-Escucharlo. Puedes tener docenas de cosas importantes para contarle, pero el momento de su llegada no es la ocasión, déjalo hablar primero. Recuerda que los temas de conversación de él son más importantes que la loza.

-No hagas preguntas acerca de sus ocupaciones, o cuestiones sus juicios o integridad. Recuerda, él es dueño y señor de la casa, y esto implica devoción y decoro. No tienes derecho a discutirle.

- Una buena esposa sabe cuál es su sitio.

De todos los cambios que han ocurrido en los últimos cincuenta años, nada ha sido más importante que la lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Cuando la psicología estudiaba los estereotipos de género, al hombre lo describían como: líder, inteligente, competitivo, convincente, independiente, personalidad dominante; en cambio, la mujer era descrita como: cariñosa, inocente, gentil, ingenua, fiel, tímida, caritativa, tierna, adaptable.

Dentro de toda esa palabrería se justificaba una brutal desigualdad de poder entre hombres y mujeres. Mientras a ellas se les asignaba una vida desprovista de importancia, ellos gozaban del poder absoluto, dueños de todo lo material y con derecho de abusar y destruir a las mujeres de acuerdo a su conveniencia.

Aunque el proyecto liberador de las mujeres en oposición a la hegemonía del hombre lleva varios siglos, en los últimos cincuenta años, especialmente en el mundo occidental, han ocurrido hechos que han ido reconociendo los derechos de las mujeres, aunque todavía hay un largo y tortuoso camino para alcanzar una igualdad de derechos entre los géneros.

Esta columna sería intrascendente si no les comentara la investigación de una alumna del doctorado en ciencias sociales sobre “Feminicidios en el departamento del Atlántico”. La doctorante hizo un análisis de contenido de 132 asesinatos de mujeres, cometidos por hombres en el departamento del Atlántico, en un período de tiempo, y reseñados en el periódico EL HERALDO. La principal causa de esos asesinatos está relacionada con el hecho de que el asesino no acepta el reconocimiento de ella como persona; es decir, la ve no como un sujeto, sino como un objeto de su propiedad.

La historia nos ha enseñado que quien goza de privilegios puede hacer lo que sea para mantenerlos. Lo que las mujeres han ido logrando no es producto de la razón y generosidad de los hombres; ha sido una larga batalla que ocurre en el interior de los hogares, en los lugares de trabajo o en cualquier ámbito de la vida pública, “y lo que falta”.