El inicio del año nos suele generar una mirada optimista al futuro, la sensación de más fuerza para enfrentarnos a los nuevos desafíos. Son los días en donde construimos la ilusión por empezar a perseguir los objetivos. Así pasa en el fútbol. A dirigentes, técnicos, jugadores, hinchas los visita la ilusión de un nuevo reto, una nueva oportunidad para luchar por alcanzar y celebrar un título, una clasificación, un ascenso, etc. 

En eso están los equipos del fútbol profesional colombiano. Contra el tiempo, ya que la Liga arrancará la próxima semana por todo el trauma que provocó la pandemia en 2020 en su organización y desarrollo. 

El Junior es, sin duda, el equipo que, últimamente, en esta época pre competencia, se erige como el mayor protagonista.  Sus contrataciones son las más sonoras por los nombres y valores. En un empobrecido mercado interno, Junior rompe la austera dinámica general y se pone al frente del favoritismo anticipado. La ilusión del Junior y sus hinchas aumenta. Tienen más motivos (más inversión) para creer. Al menos en la competencia local. 

La continuidad de Borja y el arribo de jugadores con buena temporada en 2020 reafirman el papel del Junior como el rico del barrio. 

¿Quiénes llegan?

Sambueza, volante-delantero generalmente por la zona derecha. Con buen manejo del balón, capaz de desequilibrar por habilidad, sin la magia y clarividencia de un creador, pero apto para generar peligrosas acciones de ataque. Ya vivió el clima y la exigencia de Barranquilla. 

Juan David Rodríguez, un volante mixto, un ‘8’, un interior, acudiendo a la nomenclatura de ayer y hoy. Tiene buena técnica y buena cantidad de intervenciones. Acompaña y se compromete en la elaboración de la jugada. Le alcanza para llegar al área rival, aunque sus estadísticas goleadoras no son buenas. También acepta su responsabilidad en fase defensiva y da prestaciones. 

Edwin Velasco, lateral izquierdo. Potente en marca y en salida. Con buen despliegue. Sin elegantes gestos en la conducción del balón, pero con correctas soluciones técnicas en el auxilio y en los centros. 

Eder Chaux, arquero. Un joven prospecto del arco colombiano, al menos así lo creía Queiroz, que lo citó en algunas convocatorias de la Selección. De buenas formas técnicas, ágil y un buen suplente para Viera. Su titularidad en el América, durante casi toda la temporada (no lo fue en la finales), le amplía el crédito para cuando, por cualquier razón, Viera no pueda estar. 

Empieza la Liga, “la recuperación semanal de la infancia” (¿sí?  ¿en Colombia también?). Empieza la ilusión.