
La llegada de un nuevo Fiscal es como la llegada de un nuevo año: se hacen promesas, la ilusión regresa, todo es esperanza y alegría. Así ha sido por lo menos desde la creación de la Fiscalía General de la Nación en la Constitución de 1991. Desafortunadamente, con pocas excepciones, cada fiscal logra rápidamente desinflar la ilusión y matar la esperanza que se tiene de un sistema penal mejor.
¿Qué pedimos los litigantes? O, para no sonar pretencioso, ¿qué pido yo al doctor y profesor Francisco Barbosa? Cosas sencillas, que haga todo para dotar a sus fiscales de un investigador por despacho; que en armonía con el Consejo de la Judicatura logre los recursos para que los trámites administrativos como solicitar una audiencia, cualquiera que sea, se hagan en segundos por medio de la creación de una plataforma tecnológica; que dé instrucciones a todos los fiscales para respetar las garantías de los detenidos y se acaben las capturas show y las imputaciones infladas, que pidan menos medidas intramurales y sepan manejar preacuerdos para evitar juicios largos; que dé la orden a los fiscales de cumplir la Ley, en cuanto a no reunirse en privado con los jueces que llevan sus casos; que analice la independencia del Instituto de Medicina Legal como parte de la Fiscalía; pero, tal vez lo que más anhelo, es que por fin llegue al ente acusador una persona que entienda la esencia real del principio de oportunidad, en especial como herramienta para luchar contra la delincuencia y la corrupción, que entienda que para lograr justicia, muchas veces es mejor evitar impunidad y llegar a la verdad, aplicando este principio de manera total o más amplia de lo que se está haciendo en este momento, ojalá a TODOS los delitos.
Piensen por ejemplo en el caso de un violador de menores que es capturado y judicializado, que en el proceso le ofrece a las autoridades desenmascarar una red de trata de menores y prostitución infantil, esto podría salvar muchas vidas de niños y jóvenes en el mundo, pero por no aplicar el principio de oportunidad, esa persona se lleva la verdad y la solución a la cárcel. En estos casos se puede y debe reevaluar el alcance del principio de oportunidad.
Profesor Barbosa, señor fiscal, también es hora de mirar adentro de la entidad para nombrar en los altos cargos a personas que han dado buenos resultados en las delegadas ante la corte, mire al interior, premie los buenos funcionarios hágase querer de ellos. Aplicar las garantías no siempre es digno de aplausos de la ciudadanía, pero si es lo correcto, no se deje llevar por presiones mediáticas, siempre la defensa de los derechos lo hará estar del lado correcto de la historia.
Por último, señor fiscal es urgente investigar los delitos en que han fallecido líderes sociales, el país necesita saber quién o quiénes fueron y sobre todo por qué se dieron estos delitos que nos duelen a todos.
Buen viento y buena mar.
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