Ahora, cuando Jorge Enrique Vélez no esté en Dimayor y la oposición, que de manera feroz consiguió triunfar echándolo al fi n, se dé cuenta que el chupo de entretención se les acabó, entonces, sólo entonces, se percatarán de la victoria pírrica que han logrado. Sacaron a Vélez (que podían hacerlo de otra manera y más fácilmente) y destruyeron a su propia empresa.

De igual manera, cuando los grandes equipos miren lo que produjo su falta de interés en defender la institucionalidad, también cargarán con la responsabilidad de haber dejado masacrar la poca buena imagen que aún tenía el ente del fútbol profesional.

El final de esa lucha sorda y sin sentido (porque no se necesitaba llegar a destruir a la Dimayor para sacar a Vélez) finalmente dará más pérdidas que satisfacciones. Ya perdieron la poca buena imagen que tenían y ahora perderán mucho dinero si Vélez demanda a la Dimayor pues todo lo que se habló de él, de las indelicadezas que había cometido, nunca aparecieron. Una cosa fue su evidente falta de liderazgo y otra cosa las graves acusaciones sin soporte.

Me quedó claro que la lucha sin sentido contra Vélez era la estrategia para velar la propia responsabilidad de quienes trajeron a la empresa gringa con que firmaron los derechos de televisión internacional y de quienes aprobaron el negocio en la comisión de mercadeo. Justo ahora, como digo, cuando ya el chupo de Vélez no esté, la atención y las preguntas sin responder sobre dicho negocio recaerá sobre ellos. Entonces aprenderán, si aún no lo saben, qué es una victoria pírrica.

En algún momento Tulio Gómez deberá explicar cómo es el cuento con los gringos y por qué él se atrevió a traerlos y a recomendarlos. De igual manera, los representantes de los equipos que conforman el comité de mercadeo (Millonarios, América, Rionegro y cuatro de la oposición Santa Fe, Jaguares, Equidad y Cortuluá) deberán explicar por qué le dieron el visto a bueno a Vélez para que firmara el dichoso contrato y por qué algunos dirigentes, como Tulio, Camacho y Serpa, estuvieron en las reuniones con los gringos en Miami y permitieron la firma del negocio, y por qué no han revisado el contrato para tomar acciones legales contra la empresa que no cumplió.

También sería bueno saber por qué sacaron al Junior del comité de mercadeo para meter a Tulio Gómez y si fue verdad o no que en la asamblea general, donde el dueño del América habló originalmente de 50 millones de dólares, se aprobó una moción de aplausos para él con cargada en hombros producto de la emoción de ganarse el baloto sin comprarlo. Baloto que terminó en la fábula de la lechera y ahora llorarán sobre la leche derramada que ha dejado esta guerra sorda y sin sentido y entenderán que no había por qué destruir a la Dimayor para sacar a Vélez