Pelotas y letras | Junior, el Covid y el 2021
En el mundo de los deportes nos acostumbramos a ver torneos cortos, en burbuja o no y por televisión.
Está terminando el año, pero hay que tener en cuenta que la pandemia no terminará el 31 a las 12 de la noche con las campanadas del año nuevo.
En los últimos días más gente se ha ido. Algunas personas conocidas y otras anónimas (verdaderos héroes, como los trabajadores de la salud) y, a pesar que se hable de la llegada de la vacuna, tardaremos en volver a la “normalidad” de la que se habla, pero que no sabemos cómo será, puesto que, con seguridad, las cosas “no volverán a ser como antes”.
En el mundo de los deportes nos acostumbramos a ver torneos cortos, en burbuja o no y por televisión. No sólo el fútbol sino el béisbol, el baloncesto, el fútbol americano, el hockey sobre hielo, el boxeo (como el regreso de Mike Tyson), el tenis y otros deportes.
La actividad deportiva tuvo un parón súbito. Pasó como si el mundo se hubiera detenido de sopetón. Y sentimos en carne propia ese vacío de cuando no podemos ver o hacer el deporte que nos gusta. Fue la primera parte de la pandemia. Estuvimos como atrapados sin salida. Las dinámicas de las actividades propias de la sociedad cambiaron. La economía, los bancos a distancia, los trabajos desde los hogares, el incremento de la transferencia del conocimiento a través de la red de universidades, instituciones técnicas y colegios.
El mundo se redujo a nuestro hogar, sin carreras ni premuras, pero con preocupación. De verdad que todo cambió. Hemos vivido cosas muy fuertes. El mundo ha despedido a seres queridos sin poderlos ver o asistir en sus camas de enfermos, se perdieron millones de empleos, el ser humano ha tenido que reinventarse, ha tenido que ser creativo para poder subsistir. Lo mismo pasó con el querido Junior. El contacto permanente de la hinchada con el equipo no fue posible.
Las tardes con estadios llenos pasaron al círculo íntimo familiar, los jugadores tuvieron que acostumbrarse a jugar sin la algarabía de su público y sin el cántico glorioso de sus goles o el aplauso después de las victorias. Este Junior 2020 jugó cinco torneos diferentes, tuvo un cambio de técnico sorpresivo por renuncia y enfrentó la pandemia con estoicismo. El Covid-19 se ensañó contra la institución y los constantes viajes y algunos hechos extra deportivos terminaron por mermarlo.
No obstante, el entusiasmo de sus dueños no para y, desde cuando terminaron los juegos de competencia, se han dedicado a armar el Junior 2021. El próximo año comenzará exactamente igual a como terminamos este 2020, pero lo esperamos como punto de partida para intentar volver a la actividad normal de cada quién y a la libertad y alegría de poder sentarnos, otra vez, en un estadio de fútbol, aunque no sepamos con exactitud cuándo será puesto que todo dependerá del éxito de la vacunación.
Y vamos que vamos con la fe del carbonero. Les mando un abrazo lleno de esperanza y salud.
Más Columnas de Opinión
¡A marchar este 21 de abril!
Algunos colombianos manifiestan que las marchas “no sirven para nada” y por esa razón prefieren quedarse en la comodidad de su hogar, a pesar de las evidentes amenazas en el escenario político; otros creemos que son una herramienta participa
Actuar como jauría
Los paisas protestan en gavilla, cual jauría. Les temen, y obligaron a Petro y a sus ministros del sector a echar tremenda reversa y a comprometerse con las inversiones que habían negado para culminar un túnel, obra por la cual armaron tremendo
El malestar
Estamos viviendo tiempos de postverdad, caos, violencias, basta con ver las noticias y con analizar nuestras vidas, para concluir que padecemos la pobreza de no tener tiempo, de estar corriendo tras un mandato planetario de productividad, de estr
El vicio de la lectura
Yo nací en un castillo encantado con un rey, una reina, una princesa y una biblioteca. Desde mi primera infancia, toda mi vida está relacionado con los libros, tengo impregnado en mis fosas nasales el olor de las letras impresas en el papel y lo