En Colombia, en las dos primeras semanas de este nuevo año han fallecido aproximadamente 4.000 colombianos por complicaciones derivadas de la infección por el SARS CoV-2, agente causante de la Covid-19. De manera detestable, mientras esto sucedía, algunos utilizaron el dolor que estas cifras provocaron en muchas familias del país como arma mediática para debilitar a su contraparte ideológica. Me sorprendió leer y escuchar a funcionarios de alto nivel, a profesionales bien calificados e incluso a investigadores de renombre, argumentar de manera falaz en los temas recientes relacionados con la pandemia, como lo han sido la disponibilidad de vacunas, nuevas cepas, utilidad de medidas restrictivas para contener la trasmisión del virus, entre otros.
Con inquietud vemos a los medios de comunicación dejarse permear cada vez más por esta inaceptable conducta, incluso algunos prestándose como amplificadores de posiciones extremistas que desenfocan a la comunidad del objetivo superior y común definido desde que esta crisis de salud pública empezó en todo el mundo: sobrevivir como sociedad a la pandemia con el menor daño posible.
Haré referencia solo el tema de las mutaciones virales para ilustrar esta opinión:
A las preocupaciones iniciales por contener la velocidad de propagación de la pandemia para evitar con ello muchos fallecimientos y el colapso de los servicios de salud a nivel global, se le ha agregado ahora otra basada en el angustiante, por impredecible, tema de las mutaciones. Cuando un virus infecta las células de su huésped lo hace para poder replicarse o copiarse a sí mismo. Este proceso sucede miles de millones de veces en cada infectado y dependiendo del tipo de virus puede involucrar errores con mayor o menor frecuencia. En los coronavirus las alteraciones en las copias no son tan frecuentes como en los virus de la gripe, pero en la magnitud de infectados que se presentan simultáneamente alrededor del mundo esto puede volverse más usual de lo que suponíamos era seguro para nuestra especie.
Las noticias de las mutaciones del SARS CoV-2 detectadas a nivel mundial fueron distorsionadas en nuestro país por los bandos para atacarse, perdiendo en ello una oportunidad muy valiosa de comunicar de manera clara el riesgo que entraña este fenómeno biológico. Por azar evolutivo, si no se logra desacelerar rápidamente la velocidad de contagios, en cualquier momento, en cualquier lugar, puede surgir una variante nueva del virus a la que todos podemos volver a ser parcial o totalmente susceptibles. Por improbable y apocalíptico que esto suene, debo recordarles que la evolución que nos condujo desde el caldo primigenio hasta nuestros días se apoyó en las mutaciones.
No nos dejemos desviar del objetivo. Lo importante en este ejemplo no es si ya una cepa está o no en el país, tampoco si las vacaciones de un funcionario público fueron tomadas en el momento adecuado; lo fundamental es continuar haciendo lo que a cada uno le toca. En lo individual, cuidándonos y exigiendo que los otros se cuiden; y en lo colectivo, acompañando críticamente al gobierno en sus decisiones.
PD: A más casos, mayores probabilidades de que surjan mutaciones que impacten el curso de la pandemia. En cada fiesta clandestina, en cada violación a los protocolos de bioseguridad se pueden estar generando las condiciones para que esta tragedia empeore.
@hmbaquero
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