
Educación en cuidados intensivos
Estudiantes que actúan más por inercia a lograr un título universitario, que a profundizar más en la carrera que estudian y los problemas que aquejan a la región y la debilidad en ese centro de los catedráticos que también carecen de formación en la docencia y mucho menos de formación en investigación. Pero es bueno reconocer que la Universidad de La Guajira ha avanzado significativamente en investigación, como lo indican varios trabajos de investigación de docentes y de alumnos que han recibido premios a nivel nacional e internacional.
Si la salud pública necesita una respiración boca a boca, la mala calidad de la nutrición ahonda cada día más la crisis que ha vivido el Departamento y que por ahora no mejora, se suman los resultados internacionales de las pruebas en la educación mundial, denominada PISA y a Colombia le ha ido muy mal. Para mejorar la calidad educativa se debe establecer la educación como política de Estado, no hay más, o si no los resultados continuarán decreciendo en el sistema educativo y continuaremos siendo “rajados” en cualquier prueba donde Colombia concurse.
Haciendo un análisis a la matriz DOFA de nuestro departamento, sobre las debilidades, las oportunidades y las amenazas que sobre ella recaen en materia de desarrollo, encontramos que una de las grandes falencias y por supuesto, una de las grandes debilidades que afectan de manera significativa nuestro devenir histórico es, sin lugar a dudas, la educación. La mala calidad educativa mostrada y demostrada en los diferentes resultados académicos, indica que sin una buena educación, no puede existir buen desarrollo y buenas perspectivas de cambio de un departamento que contribuye significativamente con sus recursos al crecimiento del país, pero que aquí el recurso humano continúa siendo muy pobre en este aspecto.
¿A qué se debe la mala calidad educativa que hoy nos identifica?
Son varios los factores, pero uno en especial es la muestra de esa falencia que poseemos: la pobreza y la mala calidad de vida de los guajiros. Si existe desnutrición y hambre, ¿Cómo puede un estudiante, rendir en sus niveles de escolaridad? Además, no existe una articulación en el sistema educativo departamental, con el nivel municipal y menos con el nivel nacional. No existe una calidad educativa fuerte y falta cohesión entre el conocimiento y la formación de un buen estudiante.
No existe una planificación educativa coherente entre sus cinco áreas de gestión de acuerdo a la guía 34 del Ministerio de Educación Nacional.
Todas las instituciones deben hacer sus diagnósticos para la elaboración del PME – Plan de Mejoramiento Institucional - el cual debe ser enviado a principio de año y tener como insumo por la Secretaria de Educación Departamental para elaborar lo que es el PAM – Plan de Apoyo al Mejoramiento - para así generar políticas públicas del mejoramiento de la calidad educativa, cosa que no se está haciendo a nivel departamental. Recursos existen, pero no están siendo bien utilizados. Los recursos a través del SGP – Sistema General de Participación - se giran para la calidad y para alimentación.
Pero muchos alcaldes, a nivel nacional, se inventan figuras para desviar los recursos en mención. Esos recursos del SGP a nivel departamental fueron utilizados en los últimos cinco años por la tal asunción temporal o intervención a nivel nacional de nuestra educación, la cual se convirtió en un fiasco para el Departamento.
Ahondando en el tema de la calidad, el otro factor es la falta de investigación, tanto de los docentes, como de los educandos, es decir, compromiso por parte de los docentes y de los padres de familia no se está dando como debiera ser.
No se hace investigación y mucho menos ampliación de conocimientos y eso que la tecnología a nivel global marca la pauta, pero ella, en la mayoría de los casos, “atropella” a los docentes de los centros escolares, por un lado por falta de apoyo en el conocimiento de estas tecnologías, por el otro lado el poco interés de los docentes – no de todos – para entrenarse en ese aspecto, así como “copia y pega” que se ha vuelto usual, no solo en la formación académica escolar, sino más allá en el centro universitario, de la misma Universidad de La Guajira.
Estudiantes que actúan más por inercia a lograr un título universitario, que a profundizar más en la carrera que estudian y los problemas que aquejan a la región y la debilidad en ese centro de los catedráticos que también carecen de formación en la docencia y mucho menos de formación en investigación. Pero es bueno reconocer que la Universidad de La Guajira ha avanzado significativamente en investigación, como lo indican varios trabajos de investigación de docentes y de alumnos que han recibido premios a nivel nacional e internacional.
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