La discusión que se presentó en su momento sobre si La Guajira debería ser incluida en la RAP Caribe generó un buen análisis y controversias, en especial cuando se formaron dos frentes de discusión, uno que fue liderado por el exgobernador Weilder Guerra Cúrvelo y el exministro y exsenador Amylkar Acosta Medina, y por el otro lado el parlamentario Alfredo Deluque Zuleta. El análisis tanto de Acosta Medina, de Deluque Zuleta y del columnista Juan Zambrano, con buenos argumentos de parte y parte.
Lo de la consulta previa, siendo La Guajira un departamento de mayor influencia indígena, para mí es un sofisma de distracción, si en el 2010 los guajiros votamos por la Región Caribe, en el mes de marzo de ese año donde estuvimos de acuerdo con 145.200 votos depositados en nuestro departamento, en favor de que la Región Caribe se constituya en ente territorial, y la RAP es un paso para llegar a ella. Pero que equivocados estábamos con el centralismo costeño, liderado por el Atlántico y Bolívar.
Con el proyecto de regionalización del Tren Caribe se excluye al Cesar y La Guajira, donde se nota que el Atlántico lidera este proceso. Lo que indica que La Guajira solo cuenta para poner los votos, de resto nos tienen como la guayabera, por fuera. Lo que originó la protesta del representante Alfredo Deluque Zuleta, porque así como está conformado afectaría de manera grave al turismo de nuestro departamento. En el mismo orden también protestaron el exministro Amylcar Acosta Medina y el columnista Luis Alonso Colmenares Rodriguez.
Haciéndole la consulta al exministro Amylkar Acosta Medina, de los más estudiosos del tema, en cuanto al concepto de la RAP y en que beneficiaría a La Guajira, el día domingo 6 de enero del presente año me respondió: “ Amigo Hernán, como tu entenderás, la RAP es un medio y no un fin. Como dijo en su momento Lleras Camargo de la OEA, que esta era lo que los países que hacían parte de ella quisieran que fuera. A través de ella los departamentos que la integran adquieren un mayor empoderamiento y una mayor capacidad de interlocución frente al Gobierno central y eso es fundamental en un país centralista como lo es Colombia.
Con la RAP volveremos a tener un Plan Regional de Desarrollo y el Plan Regional de Inversiones, el cual, de conformidad con la Ley orgánica de Planeación (Ley 152 de 1994), deberá insertarse en el Plan Nacional de Desarrollo. Ello posibilitará el que se puedan acometer proyectos de gran impacto, que beneficien la integración, el desarrollo y la competitividad regional y de esta manera ir cerrando la brecha entre la región Caribe y el centro del país, la cual se pone de manifiesto en todos los indicadores (necesidades básicas insatisfechas, pobreza, calidad y cobertura en educación y salud, entre otros).
Claro está que nadie va a hacer la tarea por nosotros y allí es en donde está nuestra desventaja como Departamento, pues debido a la crisis de gobernabilidad crónica que acusa La Guajira, tendremos limitaciones para aprovechar la RAP. Bien se ha dicho que ningún viento le es favorable a quien no tiene un puerto de destino y ese es el caso de La Guajira. Ojalá no nos volvamos a equivocar en octubre próximo”
Tanto la península como el Cesar son los grandes generadores de impuestos por las multinacionales que operan en nuestro territorio y dichos recursos beneficiarán en especial a los departamentos del Atlántico, Bolívar y Magdalena. ¿Y de La Guajira qué? ¿Y del Distrito Turístico de Riohacha ni un peso?. Ahí es donde debemos pellizcarnos, en especial los políticos que son los que deben llevar el liderazgo en este tema.