Subimos con un amigo y su familia la pequeña elevación del parque Realismo Mágico que lleva a la caseta de Libros Viajeros donde uno deja libros y toma otros para mantener un intercambio de lectores que reactiven la lectura en los parques de la ciudad y, al llegar, sentí una vergüenza enorme con ellos al ver que a la caseta le faltaba la ventana que protege los libros, los cuales se veían desordenados y expuestos a la intemperie.
Sentí una enorme conmoción cerebral y sus efectos colaterales en todo el cuerpo ante esa imagen que producía una emoción devastadora en mi espíritu de lector. Después de presentarles mis disculpas a él y a los niños por la decepción que se habían llevado al encontrar semidestruido el tesoro que yo les había prometido, lo siguiente que me pasó por la mente fue el adverbio interrogativo ¿quién?, y una acusación, ¿quién lo hizo?
Mi amigo intentó consolarme con algo muy sabio, pudo haber sido la brisa, ha estado soplando fuerte todo este tiempo, lo cual me sirvió de consuelo solo por un momento, porque enseguida le pedí prestada la lupa a Horatio Caine para buscar huellas dactilares de un probable depredador de la lectura. Pista número 1, la ventana tiene un pasador pequeño, pero suficiente para asegurar que no se abra por efecto de la brisa o la lluvia. Pista número 2, pudo haber sido un descuidado que no la cerró bien, es posible, abundan, no saben cuidar lo que se les da. Pista número 3, la ventana está asegurada al resto de la caseta con unos pistones largos que requieren intervención humana para desengancharla. Conclusión única: hay un depredador de casetas de libros en el vecindario, al parecer, no le interesa la lectura.
La ventana que desapareció tiene los nombres de los patrocinadores de la idea de crear sitios de lectura en todos los barrios, a quienes nombro para solicitarles que nos ayuden a conservar esa caseta de intercambio de libros en un gesto de autoridad cultural que nos muestre a los ciudadanos que nos respaldan en la idea de cualificarnos como mejores seres humanos a través de la lectura: Ciudadano de Honor, Clena, Gases del Caribe, Agencia Distrital de Infraestructura, Grupo Argos.
Ayúdennos a demostrar que en esta ciudad se pueden crear y cuidar parques para disfrutar las delicias de la lectura en compañía de la familia y los amigos, espacios para conocer el mundo sin aparatos electrónicos, solo el viaje de la fantasía que nos remonta a cualquier dimensión en el multiverso de la palabra. Lo único que puede sacarnos de la ignorancia, el odio, la violencia, es la lectura.
Hay que rehacerla más fuerte, pronto viene la lluvia.
haroldomartinez@hotmail.com