Largas pláticas sostengo con mis amigos acerca de la evolución para explicarles mis teorías acerca de la misma con planteamientos que los obligan a pensar en serio en su existencia en este planeta, como el hecho de decirles que no somos la última etapa de la humanidad porque el cerebro debe seguir creciendo y desarrollándose por su interacción con el medio pero, al no poder vencer los huesos del cráneo, se transforma, de lo cual pueden surgir muchas variantes, como es el caso del Autismo, acerca del cual planteo que no es una enfermedad sino un producto de la evolución, con un cerebro que es diferente.
Hoy 27 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Terapia Ocupacional, proclamado en el año 2010 por la Federación Mundial de Terapia Ocupacional con la intención de promover esa profesión a nivel internacional y crear conciencia de su impacto en la sociedad, pues resulta necesaria para la recuperación de una enorme cantidad de pacientes a nivel mundial.
Es otro punto que hemos debatido al plantearles que la evolución se está presentando en nuestras narices y no la percibimos, les digo que está representada en los cuerpos y los cerebros de los niños y niñas que nacen hoy día con un común denominador, dos comorbilidades que, sin ser enfermedades, causan muchos comportamientos de difícil control, la hipotonía muscular y el trastorno de integración sensorial. Muestran estos rasgos físicos: malas posturas y ajustes corporales frecuentes, se cansa al escribir, prefiere no hacerlo; escucha televisión a volumen alto o se tapa los oídos ante ciertos ruidos; selectivo con la alimentación y lento para comer, o come de manera voraz; sensible a los olores; se frota los ojos con frecuencia; sensible a texturas de la ropa, así como a ciertos productos escolares; duermen en posiciones extrañas o se mueven toda la noche. En la gran mayoría de casos son inteligentes, algunos con habilidades excepcionales, en especial con los medios electrónicos.
Muchos de estos chicos y chicas son diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad (TDAH), generalmente son medicados.
Aquí es donde toma relevancia el llamado a especializar a una gran cantidad de personas en Terapia Ocupacional para enfrentar los retos de este presente y del futuro inmediato a través de un trabajo intensivo sobre estos cuerpos que ya están en nuestros hijos y que no son una enfermedad, pero producen una gran cantidad de síntomas que pueden ser atenuados o corregidos mediante las técnicas y herramientas de las terapias ocupacionales administradas en forma dinámica y creativa sobre cada una de las dificultades de dichos cuerpos. Ese es el panorama que enfrentarán en los próximos años porque, en mis estadísticas, de cada 10 niños o niñas que atiendo por problemas de conducta, 11 tienen hipotonía y trastorno de integración sensorial.
Dejo preocupados a mis amigos cuando les digo que seguramente no lo vamos a ver, pero en unos pocos años tendremos que inventar nuevos diagnósticos para los niños que van a nacer con cerebros y cuerpos diferentes.
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