
Abuso y maltrato a la vejez
Si anhelamos una vida más larga, debemos asegurarnos de conservar la salud y la capacidad de cuidar de nosotros mismos.
Este pasado 15 de junio se celebró el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez, que pasó desapercibido en este país, fingimos demencia senil y nadie mencionó el tema a pesar de su trascendencia. Fue oficializado por la ONU en 2011, con el fin de concienciar y denunciar el maltrato, abuso y sufrimiento al que son sometidas en todo el mundo las personas de edad avanzada.
Edaísmo es el término que se usa para designar la discriminación por razones de edad. Lo cual abarca un amplio espectro que arranca por el abandono y la negligencia, pasando por el maltrato físico y psicológico de los cuidadores, la institucionalización como forma de deshacerse de los viejos; hasta expresiones inaceptables, como las de alguien en un parlamento europeo (debe tener el suero de la eterna juventud), pues sacó cuentas, concluyó que los viejos le salían muy costosos al país y, por tanto, había que eliminarlos. Se llama maltrato desde las instituciones de gobierno.
Siempre he criticado la decisión de la OMS al escoger los 60 años como el inicio de la tercera edad, por dos razones. Primera, todos envejecemos a velocidades distintas dependiendo de muchos factores. Segunda, ese organismo también es discriminador cuando dice que en los países de bajos y medianos ingresos empieza a los 60 y se llama tercera edad, mientras que en los de ingresos superiores empieza a los 65 años y se llama adulto mayor. En Colombia se llama Tercera Paridera, porque los del gobierno piensan no sólo aumentar la edad de la pensión, sino que existe el justificado temor de quedar con las manos vacías por maniobras desde los círculos del poder que harán desaparecer mágicamente nuestros ahorros.
Hay un montón de falsas creencias sobre el envejecimiento que son producto de verlo como una disminución o pérdida de funciones y un declinar obligatorio de la persona hasta anularse como ser humano y morir. Hay muy pocos indicios científicos de que se produzca una decadencia con la edad. Siempre cito al pintor japonés Katsushika Hokusai, autor del famoso grabado en madera ‘La Gran Ola de Kagawa’, logrado a los 65 años, quien decía a los 80 que nada de lo que hizo antes de los 70 valía la pena y esperaba mejorar a los 90, para ser un gran artista a los 100.
Con toda seguridad, este artista japonés tuvo algún apoyo para poder realizar su eterna juventud como grabador sin tener que pensionarse. Por acá en occidente la cosa es distinta, el artista interior de la gran mayoría de los colombianos en las edades mencionadas está frustrado y temeroso de su cercana vejez por la amenaza de decretos lesivos contra el patrimonio de una vida de trabajo que es necesario para resolver la ecuación de la edad adulta: Si anhelamos una vida más larga, debemos asegurarnos de conservar la salud y la capacidad de cuidar de nosotros mismos, o poder pagar un cuidador que no maltrate.
haroldomartinez@hotmail.com
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