Mathieu (Jules Benchetrit), es un muchacho prodigio del piano proveniente de las zonas marginales de París que se dedica a robar casas con sus amigos para sobrevivir. Las pocas veces que tiene acceso a un piano público, cuando pasa por la estación de tren Gare du Nord, se sienta a tocarlo con pasión, mostrando una destreza única.

Cuando Pierre Geithner, el director del Conservatorio de París, interpretado por Lamert Wilson (Of Gods and Men, Cycling With Moliere), lo escucha tocando Bach, queda sorprendido y decide ofrecerle ayuda.

Mathieu le presta poca atención, hasta el momento en que entra en problemas con las autoridades. En una escena un tanto inverosímil, Geithner logra que la sentencia que le imponen por los robos a domicilios le sea reducida a horas de servicio social, las cuales desempeñará en el conservatorio mismo donde él trabaja.

Pero Geithner carga con sus propios problemas, tanto familiares como laborales, y ve en Mathieu una especie de salida para los mismos. Es así como después de colocar al muchacho en el programa de servicio social que servirá para saldar su condena, lo pone en manos de la condesa Elizabeth Buckingham (Kristin Scott Thomas, conocida por Cuatro bodas y un funeral; El paciente inglés), la mejor profesora del Conservatorio, quien, con reservas, se encargará de su preparación para llevarlo a las competencias de piano.

Tanto la condesa como Geithner tratan de inculcar en Mathieu el concepto de la perfección musical, que consiste en elevarse más allá de la vida, no sin confrontar el espíritu rebelde con que llega el joven, mientras practica una pieza de Rachmaninoff.

En el conservatorio Mathieu conoce a Ana (Karidja Touré, conocida por Girlhood) una chica con quien entabla una relación que le sirve de apoyo en su nuevo trayecto, cosa que su entorno familiar nunca le ofreció, considerando la música clásica y el piano como patrimonio de la clase alta.

El Prodigio constituye una típica historia de superación de un alumno de una clase desfavorecida por la sociedad en manos de un profesor que asume una actitud paternalista y protectora, derivada de sus propios problemas personales. El tema es conocido, y ya ha sido tratado en otras ocasiones, sin presentar consideraciones particularmente diferentes.

De hecho, la historia se ha comparado, aunque en un área distinta, a la de Good Will Hunting, sin llegar a lograr el mismo efecto.

Las actuaciones de Scott Thomas y Wilson proporcionan lo más rescatable de este convencional filme dirigido por Ludovic Bernard, quien fue asistente de dirección de Luc Besson en el pasado.

El Prodigio se estrena en teatros desde el 22 de diciembre.