El director inglés Sam Mendes, conocido por American Beauty (1999), Revolutionary Road (2008) y 1917 (2019) entre otras, adopta una actitud muy íntima en esta película que rinde tributo al cine y a su madre, Valerie Helene Mendes, en cuya historia se inspira el libreto.
Hilary (Olivia Colman) es una mujer con problemas mentales que trabaja como acomodadora en “The Empire”, sala de cine estilo Art Deco ubicada en Margate, Kent, una población costera en el sur de Inglaterra.
La historia se ubica en los años 80, hecho que se refleja en las películas que se muestran, varias de las cuales inspiraron al director en su momento, y contribuyeron a la elaboración de este libreto que resalta la magia del séptimo arte.
La tristeza se refleja en los ojos de Hillary, su pasado la persigue y su existencia solitaria no le favorece. La vemos desempeñando su labor como un autómata. Come sola, camina sola y llega a su apartamento donde vive sola. No es capaz de sentarse a ver una película para escapar un par de horas de la realidad, y las relaciones que tiene de vez en cuando con su jefe casado, Ellis (Colin Girth) resultan más degradantes para su condición.
Toby Jones, quien hace el papel de Norman, el proyeccionista de la sala, es quien nos habla sobre el hechizo del cine. Explica su trabajo a través de los efectos de la luz en la visión al interrumpir la oscuridad, una especie de metáfora de lo que podría estar pasando en la intimidad de la protagonista.
Es la época del gobierno de Margatet Tatcher, cuando el racismo y la intolerancia se perciben en muchas instancias de la sociedad, y la sala de cine no está exenta a ello. Esto se hace evidente en el personaje de Stephen, un nuevo empleado con quien Hillary crea un vínculo especial.
Aunque no se puede decir que hay un verdadero desarrollo de caracteres, las actuaciones son excelentes, y la historia logra atraparnos dejando temas de reflexión como la discriminación, la violencia racial, y las actitudes misóginas que predominan en el ambiente, parte de un sistema que no ofrece muchas alternativas.
El Imperio de la Luz es un reflejo de la Inglaterra de los años 80 visto a través de los trabajadores de una sala de cine que se ha venido abajo. A pesar de que el libreto pueda presentar algunos lugares comunes, la ambientación y la actuación ameritan la experiencia de verla en salas de cine. La fotografía a cargo de Roger Deakins le mereció la nominación al Oscar.