Las protestas que se presentaron en días recientes en Cuba, y que se iniciaron en San Antonio de los Baños, han despertado interés acerca de las condiciones en esta isla que clama por el fin de un régimen dictatorial de más de seis décadas. Son muchas las dudas que surgen y el panorama es bastante complejo. 

Este documental, que cuenta la historia a través de su gente, puede aportar algo de luz al respecto. Cabe señalar que San Antonio de los Baños, donde se originó el movimiento que se extendió luego al resto del país, es la sede de la conocida Escuela Internacional de Cine y Televisión, así como también de la Academia de Artes Plásticas, donde se entrena a los maestros de arte del país. 
El poder que tiene el filme es que nos permite ver el elemento humano de una nación que siempre se nos ha mostrado de una manera abstracta, a través de opiniones políticas polarizadas, o de análisis históricos retratados en blanco y negro, sin mostrar las distintas gamas de grises que conlleva una situación como esta.

El documental fue realizado por el periodista americano Jon Alpert, quien visitó la isla cada cinco años durante cuatro décadas, desde el inicio de la revolución hasta 2016, cuando muere Fidel Castro, evento que inicia y cierra la película. Con las calles vacías y una apariencia de pueblo fantasma se muestra, al comienzo, una Habana que parece detenida en el tiempo, y que pronto empieza a llenarse de gente que viene a rendir homenaje al desaparecido líder.

Luego pasamos a los años 70, cuando Alpert y su equipo de filmación -que por su peso debe cargar en un coche de bebé- empiezan a filmar los cambios producidos por la revolución a nivel de educación y salud, que suenan parecidos a los propósitos del estado de Nueva York de donde el director es originario. Al fin y al cabo, las aspiraciones del ser humano son las mismas, independiente del país o régimen político que lo gobierne.

Los personajes que siguen el documental son una niña que quiere ser enfermera, a quien encuentra años después con sus sueños truncados por una temprana maternidad y deseos de salir de la isla. En uno de sus últimos viajes, cuando ya no está, entrevista a sus hijos. 

Otro de los personajes es Luis, un habitante de un barrio marginal que termina en prisión por traficar en el mercado negro, oficio al cual se ve obligado a regresar una vez cumplida su condena. 
Los más entrañables tal vez son los hermanos Ángel, Gregorio y Cristóbal, campesinos que cumplen su labor con el mismo espíritu positivo y una gran resiliencia para enfrentar las buenas y las malas.  
Alpet llega y abre la nevera en cada casa que visita, hecho que puede decir mucho acerca del individuo y su entorno. Lo que la llena o lo que falta en determinado momento puede servir de referente histórico o termómetro de lo que se vive.  

A pesar de que nos quedamos ansiosos por muchas respuestas, lo que alcanzamos a ver en esta cinta accesible en Netflix, es una muestra realista y objetiva que no toma partido y nos permite sacar conclusiones propias.