Las dos protagonistas de esta historia de amor fueron mujeres reales, dedicadas a la investigación científica, que no tuvieron el reconocimiento que merecían, como ha sucedido con tantas otras que aportaron a la humanidad descubrimientos importantes.

Con esta información podemos apreciar la película de otra manera, contemplando su contexto biográfico, que, aunque no sobresale como argumento central, está latente en el panorama. El tema de la discriminación de la mujer y la negación a reconocer sus atributos, sobre todo en el campo de las ciencias, es un problema típico de la época victoriana.

El filme empieza con la traída de un fósil al Museo Británico, al cual vemos que se le cambia la etiqueta que da reconocimiento a quien lo descubrió, la paleontóloga Mary Anning (interpretada por la maravillosa Kate Winslet). Si investigamos el caso, nos enteramos de que sus hallazgos se exhibieron por muchos años bajo otro nombre, masculino por supuesto, y de más fama en el momento.

Luego vemos a Mary en su cabaña en Lyme Regis, una región costera del sur de Inglaterra. Vive con su madre enferma y su rutina transcurre solitaria y silenciosa, marcada por el rugir de las olas y una persistente y preocupante tos de la madre. A diario visita la rocosa playa cazando fósiles que, si no merecen ser ubicados en un museo, los vende a turistas para poder sobrevivir. Uno de ellos

da título a la cinta.

La situación cambia cuando aparece Roderick Murchison (James McArdle), un personaje interesado en los descubrimientos e investigaciones de Mary, y le confiesa que quiere aprender de ella. Llega acompañado de su esposa Charlotte (Saoirse Ronan),quien acaba de tener una pérdida y sufre de “melancolía”, según el diagnóstico de su esposo, aunque en realidad sea más frustración. Su actitud sumisa revela las costumbres típicas de la mujer en ese momento, impedida hasta de ordenar su propio plato de comida en un restaurante.

Cuando Roderick parte de viaje y deja a Charlotte bajo el cuidado y protección de Mary, la situación de las dos mujeres empieza a tomar un rumbo propio y definitivo para las dos. Es en este momento cuando entra a jugar la imaginación del director, Francis Lee, quien crea una historia de amor que no se sabe si fue realidad o, como pasó con tantas relaciones prohibidas, descrita como amistad por conveniencia.

El manejo del sonido y la fotografía logran transmitir esa sensibilidad especial que percibimos en la cinta. Experimentamos en carne propia el ambiente hostil de un entorno donde los sentimientos deben reprimirse, solo para ser expulsados con voracidad en la penumbra de la intimidad y con la escasa luz de una vela.

Imposible no asociar esta película con Retrato de una Mujer en Llamas, cuyos escenarios solitarios y distantes ofrecen también ese anhelado refugio de libertad efímera, tan propio de los amores clandestinos.

Ammonite hizo parte de la selección del Festival de Cannes de 2020, y se encuentra disponible en plataformas digitales como Amazon Prime Video, YouTube y Google.