Dogman es la última producción del cineasta italiano Mateo Garrone, conocido por Gomorrah (2009), una historia de un pueblo manejado por la mafia napolitana, y Reality (2013), Premio del Jurado en Cannes, que muestra el desespero de un pescador por convertiste en celebridad a través de un programa de telerrealidad.
En esta ocasión, siguiendo con su estilo de realismo social, Garrone cuenta la cruel historia de Marcello (Marcello Fonte), inspirada en hechos reales sucedidos en 1988, conocidos como el “delito del Carario”, uno de los crimines mas impactantes en la historia de Italia.
Marcello atiende una peluquería de perros donde a duras penas gana para poder mantener a su familia. Tiene una pequeña hija Alida (Alida Baldari Calabria) a quien adora, y completa sus entradas prestándose a trabajos ilegales, como proveer droga a personajes como Simoncino (Edoardo Pesce), el matón del pueblo, con quien mantiene una extraña relación.
El local donde trabaja se encuentra en una calle desolada en una demacrada franja de Castel Volturno, donde se percibe una decadencia total y manda la ley del mas fuerte.
Allí se lo ve parado en la puerta, esperando a su escasa clientela bajo un letrero iluminado, desproporcionadamente grande para su tamaño.
Así como Marcello domina con suavidad a los enormes perros rabiosos y salvajes que llegan a su establecimiento, también parece saber manejar los temperamentos y exigencias de Simoncino, que cada vez se vuelven mas difíciles de satisfacer, hasta que la situación se le sale de las manos.
En la tratoría donde suele ir a almorzar se encuentra con los hombres del pueblo, con quienes se siente a gusto y se percibe un ambiente de camaradería, a pesar de que todos manifiestan desagrado y preocupación por las muestras de violencia del exboxeador y planean la manera de deshacerse de él, dada la amenaza que representa.
Sin embargo, Marcello se presta como cómplice cuando éste realiza un robo en el establecimiento vecino a su negocio, y es allí donde las cosas se complican. Su actitud sumisa debe tomar otro rumbo, tal vez desconocido para él mismo, con tal de terminar con la humillación y recuperar su dignidad.
Dogman nos atrapa desde el comienzo con esa magia característica del director, capaz de transmitir ternura, camaradería, y una particular estética, aunque se esté tramando el asesinato mas temible.
Dogman se presentó en el pasado Festival de Cannes nominada a la Palma de Oro, obteniendo el premio de Mejor Actor para Marcello Fonte. Ha tenido innumerables nominaciones y galardones, como los Premios Donatello por Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion.
La cinematografía, a cargo de Nicolai Brüel, ganador del Donatello, nos hace sentir, sin necesidad de palabras el nivel de desconsuelo y la melancolía de un pueblo cuya decadencia no ha diezmado la capacidad de disfrutar los pequeños placeres de la vida cotidiana. Es definitivamente una Italia que dista mucho de lo que muestran los avisos publicitarios para turistas.