P.: ¿Cuál es el uso de la expresión “alto turmequé”? María Bernarda Campo, B/quilla
R.: Este colombianismo cundiboyacense indica que algo es de difícil ejecución, que a algún encuentro asistirán personas ilustres de la cultura o de la política, que alguien o algo es distinguido… Pues bien, Diego de Torres y Moyachoque (1549-1590), hijo de un encomendero español y de Catalina de Moyachoque, hermana del cacique de la población muisca de Turmequé, heredó por línea materna el cacicazgo, pero este le fue arrebatado por su condición de mestizo. Luego de mucho tiempo y muchas trabas, Diego fue recibido en España por Felipe II, a quien contó el despojo de que había sido objeto y los agravios que padecían los indios. Como sus quejas fueron acogidas por el Rey y el Consejo de Indias, desde entonces, si resultaban exitosas las reuniones difíciles que los criollos americanos sostenían con organismos de la metrópoli, en alusión al logro del cacique, las llamaban “de alto Turmequé”.
P.: ¿Qué son los libros sibilinos? A. Cardozo, Bogotá
R.: Un oráculo era una respuesta dada por un dios mediante una sibila, esto es, una sacerdotisa. La sibila de Cumas, ciudad de la Magna Grecia, se presentó ante Tarquinio el Soberbio, rey de Roma, para venderle nueve libros proféticos, pero a este le parecieron caros; entonces la sibila quemó tres ejemplares, y pidió por los seis restantes lo mismo que había pedido por los nueve iniciales; cuando el rey volvió a decir que no, la sacerdotisa quemó otros tres libros y pidió por los tres restantes lo mismo que había pedido por los nueve iniciales. Curioso, Tarquinio se los compró, y los llevó al templo de Júpiter Capitolino, en Roma. Eran los Libros sibilinos, destruidos en 405 d. C., cuyas profecías, enigmáticas y veladas, se consultaban para conocer lo relativo al culto a los dioses o para prever un evento, favorable o adverso.
P.: Oí en Bogotá que le decían charra a alguien que vestía colores brillantes. BVC, B/quilla
R.: Hoy charro es una palabra homógrafa, es decir, puede significar cosas distintas. El Diccionario de colombianismos, del Caro y Cuervo, trae se ella dos acepciones opuestas: “1. Referido a una situación o a una persona, aburridas [como en Bogotá]. 2. Referido a una persona o cosa, divertida, graciosa [como en Antioquia]”. Charro viene del vasco txar, que se pronuncia /char/ y significa ordinario, vulgar, de mal gusto. Según Corominas, desde 1627 se usaba en Salamanca para designar a sus jinetes y campesinos, que por tradición vestían telas colorinches mal combinadas y sombreros enormes. Esos atuendos, en cuanto excéntricos, se semejaban a los usados por actores mexicanos, que, portando revólveres, graciosos, enamoradizos y diestros con los caballos, cantaban rancheras. Al arribar a México, la voz charro fue precisa para aludir a esos jinetes agrestes y chistosos, el mismo sentido que hoy conserva la palabra en el departamento de Antioquia.
edavila437@gmail.com
Más Columnas de Opinión
¡Afinia nos tiene locos¡
Uno de los problemas más grandes que está afectado a los habitantes de la región caribe es el alto costo de los servicios públicos domiciliarios especialmente el servicio de energía. Desde hace muchos años la costa caribe ha recibido un serv
La Salud entre líos
Aunque los profesionales de la salud, tengamos como principios fundamentales, el de proporcionar nuestros conocimientos, voluntad, deseos, y en general permanecemos con todas nuestras fuerzas, puestas al servicio de las comunidades y personas, de
¿Qué hacer con las tarifas de energía en la región Caribe?
Las altas tarifas de la energía en el Caribe son un problema social. La afirmación de que mes a mes cientos de miles de familias comen o pagan la luz no es lejana de la realidad. El recibo se puede llevar la cuarta parte de los ingresos de las f
La Bestia – El temor a amar
La última película del aclamado director Bertrand Bonello (Saint Lorent, Nocturama) incursiona en el género de ciencia ficción mientras explora las complejas relaciones de pareja a través de un romance que trasciende distintas épocas histór