P.: Mi abuela usaba el verbo curucutear para decir que revisaba o buscaba algo. ¿Cual es su origen? Henry González Ortiz, B/quilla
R.: Curucutear tiene el sentido de buscar objetos o secretos escarbando “en cosas propias o ajenas”, como gavetas, escaparates, escritorios, bibliotecas… Leí que en una de las lenguas indígenas tupíes, presentes desde el Cono Sur hasta las Guayanas y la Amazonia colombiana, cierto pájaro insectívoro es llamado curucui, voz que, supongo, evolucionó a curucú, y esta, unida al sufijo -ear, que “forma verbos a partir de sustantivos”, originó curucutear. En la ‘Encyclopedia Metodica’: historia natural de los animales, de Jean-Marie Daubenton, naturalista francés, encontré que distintas especies de curucú habitan áreas cálidas del norte de Suramérica, y que sus especímenes “se mantienen parados en los bosques, y viven solitarios en los sitios más retirados, moviéndose muy poco”. Por esto, no es lógico que a partir de hábitos poco conocidos de un pájaro que vive aislado su nombre haya originado el verbo curucutear. Creo, más bien, que este es de origen incierto.
P.: En la teoría sicológica inglesa de la ‘navaja de Ockham’, del siglo XIV, no me explico qué hace allí la palabra navaja. Balmiro Gutiérrez Pineda, B/quilla
R.: El inglés William de Ockham (ca. 1287-1347) fue un filósofo y cura franciscano medieval que confrontó el pensamiento platónico, del que excluyó algunas ideas, pese a que estas se avenían con las del cristianismo y con la corriente escolástica, a la que Ockham pertenecía. Al reconocer su pensamiento docto y combativo, otros escolásticos dijeron: “Afeita como una navaja las barbas de Platón”, aludiendo a las ideas del barbado filósofo… Ockham buscaba la simplicidad, por eso, si para explicar algo hay tres opciones, se debe elegir la más sencilla y, como si portáramos una navaja, sin remordimientos, eliminar las demás. Por ejemplo, si una noche encuentro mi casa a oscuras, lo normal es que piense que hubo un daño en el sector, y no que se trata de una avería en la acometida eléctrica o que me cortaron el servicio. Esto es, todo debe ser tan simple cuanto sea posible.
P.: Trabajo con la Fundación Arcángeles. ¿Cómo se debe decir: ‘familia arcangeliana’ o ‘familia arcangeleana’? Luz Helena López, Bogotá
R.: Se debe decir ‘familia arcangeliana’ o ‘familia arcangélica’. No encontré la existencia del sufijo -eano(a). Sí hallé la de -iano(a), que sirve para crear gentilicios a partir del nombre propio de un lugar: monteriano, italiano; o para distinguir al seguidor de un individuo o de una teoría: garciamarquiano, socialcristiano; o para formar adjetivos que denotan origen, vinculación o pertenencia: javeriano, arcangeliano. En consecuencia, arcangeliano es alguien adscrito o favorecido por la fundación que usted menciona. Arcangélico es lo mismo, pues el sufijo -ico, además de formar diminutivos, también denota origen, vinculación o pertenencia.
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