¿Fue la Edad Media una época oscura? Walter Cruz, Barranquilla
No lo fue. Había una búsqueda del placer para paliar la caducidad de lo humano. Aún no llegaban las luces del Renacimiento, que, al enfocar al hombre como el centro de todo, lo ayudaron a liberarse de curas y de las mentiras del cristianismo ya consolidado, surgidas a partir del legado de san Pablo con sus epístolas tóxicas y tristes. En la Edad Media la gente reía y festejaba. Basta escuchar los poemas de Carmina Burana, del siglo XII, musicalizados en el XX por el alemán Carl Orff, textos pícaros, sensuales, de celebración de lo femenino, de invitación al amor y a las cantinas, coros de borrachos y estudiantes… Y recordemos que las universidades nacieron en la época medieval, y con ellas la ciencia; el avance del conocimiento; grandes intelectuales (Boccaccio, Petrarca); el castellano y el inglés; el concepto de novela en la literatura; catedrales imponentes y bellas. Otro mito es que en el Medioevo la mujer era un ser menor. Un gran traspié si recordamos a Leonor de Aquitania, Catalina de Siena, Juana de Arco, y a otras muchas mujeres que participaron de las ciencias, de las artes, de las letras, como la monja Hildegard von Bingen, también del siglo XII, a cuya producción musical acudo con frecuencia, que llegó a plantear la liberación sexual femenina.
A veces, menciona usted ‘DLE, Corominas, Moliner, Di Filippo’. ¿Quiénes son? El Duro, Barranquilla
DLE quiere decir Diccionario de la lengua española. Es impropia la sigla DRAE (Diccionario de la Real Academia Española), porque al contener la letra R (de Real), se refiere solo a la academia en España, país donde aún impera una monarquía anacrónica, y no alude a las otras 22 academias de la lengua española existentes. Joan Corominas fue un filólogo español sapientísimo, autor de tres diccionarios crítico-etimológicos de la lengua castellana. María Moliner fue una lexicógrafa española, autora del ambicioso y muy mentado Diccionario de uso del español. Mario Alario Di Filippo, natural de Mompox, fue jurista, catedrático y lingüista docto, autor del Lexicón de colombianismos, libro entendido en voces extraídas del habla popular colombiana.
Leí Un golpe de dados, el poema de Stéphane Mallarmé, pero no lo entendí… Aurith Hernández, Bogotá
Inténtelo de nuevo. El arte bueno no es gratis, pues requiere un esfuerzo, después del cual deviene un placer mayúsculo. Hay una entrevista de la editora y cronista Jean Stein a William Faulkner, una de las “más brutalmente honestas” concedidas por el premio Nobel de literatura de 1949. Está en El oficio de escritor, uno de mis libros de cabecera, editado por The Paris Review, en inglés, en 1959, y por Era, en español, en 1968. Cuando Jean le comentó a Faulkner: “Algunas personas dicen que no pueden entender sus obras, aun después de leerlas dos o tres veces. ¿Qué les sugeriría usted para que pudieran entenderlas?”. Faulkner solo respondió: “Que las leyeran cuatro veces”.
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