Más del 50% de la población mundial vive en ciudades y para 2050 será el 70%. Colombia, siguiendo la tendencia mundial, también se urbanizó; en cuestión de cincuenta años pasó de un 30% de población urbana a un 76% hoy. No hay duda de que el reto de este siglo, denominado “el siglo de la urbanización”, es convertir las ciudades en sitios productivos, incluyentes y sostenibles.

Lo anterior, sin embargo, no es fácil, si se parte de que la principal característica de la ciudad es la complejidad. La mejora de la calidad de vida urbana es posible cuando se diseñan y ejecutan políticas idóneas para incidir, con carácter integral y transectorial, en el conjunto de sus elementos: 1. atributos urbanos: vivienda, servicios públicos, espacio público, movilidad; 2. dimensiones del desarrollo: población, ambiente, economía y sociedad; 3. instancias de articulación (institucionalidad) y, 4. espacio urbano.

La reciente presentación de la Encuesta de Percepción Ciudadana 2014, realizada por Barranquilla Cómo Vamos, muestra un panorama interesante sobre los avances (también retrocesos) del hábitat urbano de Barranquilla.

Existe alta satisfacción con el barrio y la vivienda (62 y 81%), no obstante, al mirar las razones, estas no obedecen a la ejecución de programas estratégicos de ciudad como ‘Barrios a la Obra’, sino al bienestar subjetivo, refiriéndose al barrio en términos de “es tranquilo” o tiene “buenos vecinos”.

Los servicios públicos mantienen altos índices de satisfacción en rangos que van entre el 96% (gas) al 78% (alcantarillado). No obstante, el servicio de energía eléctrica aparece fuera de los datos positivos con un 57%, descendiendo 15 puntos en relación con la medición anterior.

Expertos coinciden en que la dinámica urbana del siglo XXI estará condicionada por la manera como se gestione la movilidad. Al respecto, los barranquilleros afirman que sus trayectos son cada vez más demorados (aumentando 11 puntos hasta un 41%). Las soluciones dadas a nivel mundial pasan por el desincentivo al uso del vehículo particular y la mejora de la red de transportes públicos combinando modernización y promoción de formas alternativas, sin embargo, nuestro Transmetro es el medio formal de menor penetración en el transporte habilitado (8%), lo que contrasta con el aumento de la moto (13%).

La satisfacción frente al espacio público no llega al 50% y la de parques y zonas verdes al 30%. Lo anterior, muy a pesar de las obras de los últimos meses, cabría preguntarse, ¿por qué esta reacción del ciudadano?

Por último, y a pesar de que la tendencia mundial aboga por un modelo de ciudad sostenible, solo el 13% de los barranquilleros cree que la Administración está trabajando en pro del medio ambiente.

El hábitat urbano es elemento articulador de la ciudad y condición necesaria para mejorar la calidad de vida; a la vista de los datos de la encuesta 2014, Barranquilla debe seguir mejorando sus indicadores.

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