Votar es uno de los pocos derechos que compartimos todos los colombianos en igualdad de condiciones. Es la única herramienta que tenemos para manifestarnos como colectividad. Entonces, ¿por qué el voto en blanco ha tomado tanta fuerza en esta segunda vuelta si no tiene ningún tipo de validez? ¿Por qué varios líderes políticos deciden irse por ese camino inane?
La elección presidencial de este año en Colombia ha sido la primera, en varias décadas, en ofrecer alternativas reales a la política tradicional. Aunque los diferentes sectores de la sociedad tuvieron una representación en este proceso electoral, la polarización ha obstaculizado la contienda.
El Acuerdo de Paz jugó un rol fundamental, más de nueve millones de colombianos votaron a su favor. También en contra del clientelismo político, en defensa de las libertades individuales, en pro de las víctimas y de la vida. Los candidatos que simbolizan las fuerzas alternativas son totalmente diferentes y sus seguidores también. Sin embargo, el deseo por cambiar el rumbo del país lo comparten la mayoría de estos votantes.
Pasaron a segunda vuelta Iván Duque y Gustavo Petro. Muchos colombianos consideran que ambas opciones son extremos y no se sienten identificados con ninguno de los dos. Sergio Fajardo, Humberto de la Calle, Jorge Enrique Robledo y varios líderes políticos manifestaron su apoyo al voto en blanco. Sus seguidores están de acuerdo con esta decisión. Ahora, los ciudadanos tienen derecho a elegir la opción que consideran correcta. El voto en blanco aparece en el tarjetón, pero no tiene ningún tipo de validez en la elección. Es un voto simbólico que no sirve para nada.
La actual coyuntura del país exige una responsabilidad social. Pasaron dos candidatos a segunda vuelta y entre uno de ellos está el próximo presidente de Colombia. Cada uno representa una visión diferente. Un extremo ha declarado que modificará el Acuerdo, que acabará con las Cortes, no apoya los derechos civiles de la comunidad Lgtbi ni de las minorías. Mientras que el otro candidato defiende el Acuerdo, los derechos de las minorías y la libertad. Varios ciudadanos que se inclinan por el voto en blanco, han sido defensores del proceso de paz.
En este momento, debemos preguntarnos no por el candidato que nos representa, sino por el candidato que incorpora a los sectores de la sociedad más afectados por el conflicto armado y el abandono del Estado. Nos corresponde salir de la comodidad y preocuparnos por aquellos que dependen de esta contienda electoral.
Nuestro voto es por convicción, por ideales, por afinidad, por desconocimiento, porque sí o porque no, pero existen millones de colombianos que votan porque es un tema de vida o muerte. Está en juego el Acuerdo de Paz y la subsistencia del Estado Social de Derecho. Para ellos no existe la neutralidad ni la indiferencia, para ellos no hay opciones. Entonces, votar en blanco es darles la espalda y desconocer la historia de Colombia.
@MariaMatusV
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