TOXICIDAD
Gas lacrimógeno y la pandemia
Los gases antidisturbios incluyen una amplia gama de agentes, él más comúnmente usado es el Gas o Agente CS, que algunos autores lo ubican dentro del grupo de “gases irritantes aerotransportados” (transportado por el aire), que tienen como características: -ser fácilmente inhalados, - llegar muy rápidamente a las mucosas, -suelen tener tiempos de acción muy rápidos, -sus manifestaciones son casi inmediatas en términos de segundos, minutos u horas, -y todos los individuos expuestos manifiestan los efectos adversos o de su toxicidad.
La carga de toxicidad no se ha caracterizado en su totalidad, pero cuando hay la exposición produce efectos instantáneos en los ojos, la nariz, la boca, la piel y las vías respiratorias. Los efectos en la piel incluyen picazón, irritación y enrojecimiento. En los ojos provoca lagrimeo excesivo, espasmos en los párpados, picazón y ardor. Cuando se inhala, provoca tos, asfixia, salivación y opresión en el pecho, además desorientación y confusión, que pueden llevar a reacción de pánico.
En la mayoría de los casos, los efectos son temporales y reversibles, desaparecen después de 5 a 10 minutos de respirar aire fresco. Desafortunadamente, eso no siempre es posible en el contexto en el que este tipo de gases son utilizados. En cuanto al coronavirus, hay factores que pueden incrementar su virulencia o patogenicidad y una de ellas es cuando hay la exposición simultánea o consecutiva con gases o vapores irritantes de las vías respiratorias como lo es este gas, en donde se pueden dar derivaciones sinérgicas o aditivas, o se potencian los efectos que hace que el virus se vuelva mucho más agresivo; entonces, el uso de los gases irritantes en las actuales circunstancias es una decisión que debe estar enmarcada en las medidas de prevención contra la virulencia de este germen que ha causado tantos estragos en el mundo entero, lo que se requiere sopesar los riesgos y beneficios.
Agustín Guerrero Salcedo
PARQUEO
Andenes
Las ciudades, como las personas, las empresas, las asociaciones de cualquier orden, los seres naturales y jurídicos muestran una cara que dice mucho de su personalidad, que triste que nuestra querida Barranquilla muestre una cara de egoísmo y mezquindad sin serlo para nada.
Las cadenas instaladas en los bordillos de las zonas municipales prohibiendo el parqueo de vehículos ajenos al predio son algo tan burdo y rechazante que no solamente antipatiquiza al propio inmueble sino a la cuadra y el sector, dándole a propios y foráneos una cara de egoísmo y mezquindad que como Barranquilleros nunca hemos sido, todo lo contrario somos amplios, hospitalarios y generosos.
No se trata de no regular el parqueo por cuenta propia, sino de regularlo con elementos menos agrestes y rechazantes que las horribles cadenas que lo que nos traen a la mente es la esclavitud y la prohibición indebida y abusiva, las cadenas de por sí repelen, utilicemos elementos más amenos y amigables como matas, adornos, obviamente no robables e igualmente indicativos, señales amistosas y agradables, y muchos objetos más.
Aprovechando el tema; como es posible que veamos tantas zonas susceptibles de parqueo y parqueaderos exteriores propios de locales y Centros Comerciales totalmente cerrados a su acceso en horas y días incompatibles con sus horarios comerciales, y cientos de vehículos parqueados en la calle. Bajémosle al egoísmo y la mezquindad, subámosle a la amigabilidad y la generosidad.
Héctor Asaf Quintero