El río Magdalena no es nada diferente a una vía terciaria si tenemos en cuenta que se denominan así aquellas que integran municipios. En este caso, el río Magdalena es la más importante del país por su longitud de 800 kilómetros y por la integración de más de 300 municipios.
Recientemente, el presidente Iván Duque ha manifestado como parte de su política el apoyo al desarrollo de la pequeña y mediana industria, veamos por qué la decisión de hacer navegable el Magdalena causa alto impacto:
1. El desarrollo del río como hidrovía democratiza el acceso al transporte a los municipios más necesitados y complementa las amplias inversiones que se han desarrollado en el modo carretero. 2. Con el río funcionando, Barranquilla tendría acceso al menos al manejo de 4 millones de toneladas de carga líquida y 4 millones de carga seca, como son algunos carbones de Cundinamarca y Boyacá que se les imposibilita su movilización por los altos costos del transporte terrestre. 3. Desde el punto de vista energético, qué mejor oportunidad que la importación y exportación de combustibles, teniendo como alternativa un sistema de transporte más seguro. 4. Las comunidades pesqueras pudieran mejorar sus ingresos al tener mejores condiciones si cuentan con un sistema integrado y sostenible en la siembra de alevinos, y además si aseguran la conectividad de las ciénagas con el río para que haya continuidad y calidad en las faenas de pesca. 5. Un crecimiento laboral le permitiría a nuestro río más funcionamiento con el incremento de labores en todas las áreas asociadas a la navegación fluvial.
Todas estas razones –sin duda– causan un alto impacto no solo económico, en un país que lucha por disminuir sus costos logísticos, tal cual lo ha manifestado el Departamento Nacional de Planeación al buscar implementar una nueva Política Nacional Logística para lograr reducir los tiempos para exportar, que hoy son superiores en un 43% al promedio de América Latina. Se quiere que el río sea confiable para los pequeños industriales y comerciantes al momento de trasladar sus mercancías, con horas de salida y llegada conocidas por todos, pero también se quiere que mejoren las condiciones de vida para los ribereños.
Son varios los retos que trae la habilitación del Magdalena, algunos de ellos implicarán la modernización de la flota fluvial y la rehabilitación de puertos fluviales, elementos que se suman a la dinámica económica que trae consigo la navegabilidad permanente en esta arteria. No se puede dejar de comentar sobre los impactos sociales y ambientales, compartimos la decisión de la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, de revisar estos elementos y en las reuniones de avance vemos con buenos ojos los análisis que se realizan para hacer de este proyecto una realidad, no solo con beneficios para nuestra economía al tener los pequeños empresarios acceso a mercados más grandes, sino con desarrollo social y bajo impacto ambiental a todas estas comunidades que por años han vivido y seguirán viviendo en mejores condiciones, una vez se tenga en funcionamiento el proyecto de largo plazo que busca bajo la modalidad de APP implementarse en el río Magdalena.
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