En semanas anteriores hemos mencionado el egoísmo de muchos comentaristas de opinión en el país cuando se dedican más a criticar y censurar que a reconocer méritos cuando las personas o circunstancias lo merecen o lo acreditan. Somos especialistas en señalar, buscar y resaltar defectos, agigantar posturas o decisiones ajenas por el solo hecho de que no están de acuerdo con las nuestras. Hoy queremos por el contrario destacar la labor de una joven senadora del Atlántico, la doctora Laura Fortich, en su primer periodo como congresista, miembro del Partido Liberal, quien casi que silenciosamente ha logrado engrandecer varias causas sociales del acontecer nacional especialmente en esa justificada lucha del sexo femenino en su búsqueda de una equidad sostenible, igualdad de derechos y oportunidades tanto en el sector público como en el privado, y en todas las actividades, honoríficas, laborales, académicas, científicas, culturales, deportivas.

Es justo reconocer que la mayoría de los actuales congresistas del Atlántico han tenido un periodo positivo aun cuando por ahí circulan algunos, muy pocos, que todavía nos llenan de vergüenza, pero en general el análisis resulta estimulante y dentro de este las damas sobresalen bastante. En otra ocasión mencionaremos otros nombres que vienen cumpliendo con gran acierto sus labores.

La senadora Fortich ha logrado influir entre sus colegas para mayor atención hacia esa lucha noble, merecida, casi estoica e histórica de la mujer en Colombia por reivindicar sus derechos. Como ponente en compañía de la doctora Juanita Goebertus ya han avanzado en el trámite del proyecto de ley que busca los propósitos mencionados, que ya lleva tres debates. Este proyecto contempla entre varias propuestas más que justa la ampliación de la licencia de paternidad, que a la vez pueda ser compartida con la pareja después de la semana 12. En la Comisión Séptima del Senado hubo y hay amplia acogida.

Una conquista que ojalá se materialice es lograr el equilibrio en horas de trabajo porque las mujeres tienen un promedio de ocho horas adicionales a las autorizadas por ley. Igualmente las mujeres tienen hoy menos empleos y sus remuneraciones están entre el 25 y el 30 % por debajo del recibido por los hombres. Así mismo se ha identificado un sector social de mujeres jóvenes más necesitadas, con menos empleo, para acudir a buscar una política de becas exclusivamente para el sexo femenino. Estas y otras especificaciones comprenden el universo de un propósito noble, que es el fondo de una filosofía de justicia en este proyecto de ley que muy pronto será ley de la República.

Pero lo curioso y agradable de todo este periplo legislativo es la forma tan virtuosa y singular como trabaja la senadora Fortich: se distingue por su mesura, su prudencia, su modestia. Se cargó sobre los hombros una inmensa responsabilidad de medio país, el del sexo femenino y con valor, prestancia, serenidad, inteligencia y tacto ha conseguido avanzar, convencer, trabajar, producir. Nada de publicidad y mucho menos de fantasiosas autopropagandas que exagera el ego. Todo esto lo mencionamos con orgullo porque la senadora Fortich es de nuestra tierra y como somos ajenos a la adulación o lisonja nos sentimos con la libertad y autonomía para reconocer en público lo que merece ser reconocido.