Verdaderos expertos en Salud Pública del mundo y de Colombia, investigadores, eminencias médicas, gobiernos, la OMS, han opinado y diagnosticado que si el 70% de la población en cada país llega a vacunarse se producirá lo conocido como Inmunidad de rebaño que en forma simple explicado se trata de deducir que mientras más personas se vacunan menos contagios reciben y menores posibilidades hay de que el vacunado a su vez contagie a terceros. Pero a medida que pasan los meses nuevas inquietudes van apareciendo contrariando en cierto modo estas predicciones. Por un lado eminentes epidemiólogos de la Universidad John Hopkins de Nueva York le afirmaron al mundo que solo después de seis semanas, mínimo, de la segunda dosis, la inmunidad de 1a vacuna opera en su máxima eficiencia.

Al mismo tiempo desde hace cuatro meses empiezan a conocerse las nuevas cepas, referenciándose en las informaciones de Brasil y Australia pero no especificando en ningún laboratorio del mundo que con las vacunas actuales las nuevas pueden ser combatidas o no. Paralelamente los gobiernos incluyendo el nuestro, parecen no estar satisfechos con el número de vacunas recibidas de los laboratorios de conformidad a los acuerdos o contratos preexistentes, lo que estaría provocando demoras en la aplicación a contagiados o no contagiados. En fin, en una palabra, no hay científicamente unanimidad mundial en cuanto a los diagnósticos, avances, porcentajes, viabilidad de salir adelante. O por lo menos a corto plazo.

Por las consideraciones anteriores que no son de nuestra exclusividad, ni más faltaba, la Inmunidad de rebaño podría ser una atopia hoy día o en menos grado una ilusión. Mientras tanto las autoridades de todo el planeta luchan por conseguir que el autocuidado crezca, se mantenga, se ajuste, no se olvide, porque es la única forma científicamente establecida de defendernos de la manera más práctica del tenebroso virus. Por la prensa mundial observamos que el descuido, la irresponsabilidad, la desobediencia es común en todos los países. Pero a riesgo de parecer exagerado nos parece que estas conductas indisciplinadas en Colombia superan todas las proporciones, cálculos, posibilidades y pronósticos. Es tal el desorden, la obstrucción mental para adecuarse a la disciplina exigida que francamente llegamos a un patológico escenario de perturbación mental en grado máximo. Es incomprensible desde todos los ángulos de observación entender como la gente se resiste a cubrirse el rostro, lavarse las manos y cuidar las distancias.

Una fotografía solitaria puede resumir esta honda crisis. Una domestica relativamente conocida mayor de cuarenta años a quien se le observaba a diario que se colocara el tapaboca explicándole los efectos negativos de no hacerlo contestó a mi amigo, su patrón, enfáticamente: Mire señor yo no uso eso y si me quiere botar me voy. Así es la tremenda concepción de estas situaciones, es la fotografía única que refleja toda la filosofía impresionante de una población rebelde que no atiende ni lo hará, ninguna recomendación u orden pública al respecto. Así, ningún pronóstico de Inmunidad de Rebaño tendrá resultados favorables.

Pos columna: Se no fue el gran amigo Nadin Said medico eminente, entregado a su vocación, brillante, altruista, generoso, profesional al grado máximo. Otro sacrificado de la medicina que se fue a acompañar a colegas ya ausentes. A su nobleza un recuerdo, a su hidalguía un aplauso, a su personalidad un elogio, a su respetable familia un abrazo.