Este es el tercer artículo que escribimos sobre el mismo tema en los últimos dos años. Porque nos parece inaudito que el pensum educativo del bachillerato colombiano no contemple como materias definidas, exclusivas, independientes, la historia de Colombia y la universal, la Geografía de Colombia y la universal, la cívica, que hace dos décadas se estudiaban exhaustivamente con enorme énfasis, para fortalecer la cultura general del ciudadano que se aspira a formar. Porque lo que se olvida lamentablemente con frecuencia en la academia de estudios superiores y colegios hoy día es que además de educar, formar, estructurar un profesional estamos en la obligación de construir un buen ciudadanos que además de cumplir en su futuro con su rol de hombre o mujer de bien en todo sentido tenga un mínimo de ilustración de base intelectual definida, integral, abierta a la vida misma que no es lo mismo que estar preparado para una profesión determinada únicamente.

El tema es propicio para discusión porque la tecnología convirtió a los jóvenes de hoy en autómatas que todo lo tiene a la mano con solo hacer click en el teléfono móvil o el computador casero. Y esto solo les basta. Nos atrevemos con todo el respeto debido proponerles a cualquier profesor o profesora universitaria en este momento, amables colegas, que le pregunten a un o una estudiante de los últimos semestres sorpresivamente por ejemplo, cual es la capital de Suecia o China o Canadá, o que nos digan para no ir muy lejos quien es Antonio Nariño o Rafael Núñez o Rodolfo Llinas en la actualidad, y garantizamos que el 80 % no sabe responder estos elementales interrogantes.

“Lo que casi nadie sabe es que el Ministerio de Educación es una de las carteras más difíciles de manejar” nos aseguró hace unos años nuestro gran amigo Arturo Sarabia quien fue un magnifico y recordado Ministro de Educación de Colombia. Porque es una entidad del Estado donde muchos quieren opinar y muy pocos aciertan. En donde todos quieren meter la mano pero sin asumir responsabilidades. Hoy en día admiramos a la Doctora Ángulo la Ministra, porque no solamente está adelantando una gran labor sino porque ha tomado decisiones que sencillamente enriquecen la estructura educativa y sobre todo ha fortalecido los instrumentos del desarrollo de la academia universitaria. A ella le solicitamos que reconsidere, que medite, que se asesore nuevamente en forma acertada para ver si devolvemos estas materias mencionadas al pensum del bachillerato, en forma independientes, autónomas, intensivas, investigativas, no seguir manteniéndolas dentro de un macro concepto algo gaseoso de ciencias humanas que sí lo son pero abarcan tanto espacio que se diluyen fraccionadas. Le preguntamos recientemente a un estudiante algo sobre la guerra de los mil días y nos respondió: Profe donde fue eso? Otro colega explicaba un tema relacionado con la salud y mencionó al Doctor Patarroyo, una jovencita levanto la mano e interrogó de donde es él? Pero ellos al instante responderían acertadamente sobre determinado algoritmo o un significativo link de conexión, porque para eso solamente los están educando. ¿Estar en contra de la tecnología? Nunca; esta es el apoyo perfecto, la complementación pero no la esencia, y esto Doctora Ángulo usted lo sale muy bien, es, la fuente de la sabiduría.