No hay un solo día, ni uno, que a toda hora, en todo momento, dejen de aparecer en los medios de comunicación escritos, radiales, televisivos, o en las redes sociales, ahora en las mismas reuniones sociales, en la calle, ante amigos y desconocidos, veinte palabras que hemos seleccionado entre muchas en Colombia a las cuales les hemos colocado el título de "Nefastas" porque representan y expresan lo que la gran mayoría del país rechaza, desaprueba, condena, censura, de su tranquilidad, de sus ansiedades, comportamientos, desarrollo habitual de vida.

Algunas de estas palabras repugnan a la simple vista o al oído. Otras no repugnan, aun cuando se miden desde diferentes ángulos y simpatías, pero ineludiblemente estas últimas, producen fastidio, aburrimiento, cansancio, fatiga, desprecio, hartera, mal genio.

Las primeras, las repugnantes en nuestra selección son muerte, crimen, homicidio, feminicidio, masacre, víctimas, asalto, atraco, robo, secuestro, violación, mutilación, desplazamiento, Farc. Las seguidas, las que nos tienen saturados a los colombianos, “hasta la coronilla” son a nuestro entender porque se lo escuchamos decir a todo el mundo: Santos, Uribe, Duque, Petro, Jep, Paz.

La pregunta vital es; ¿Colombia no tiene otros temas para comunicar, para desarrollar, para entrelazar la vida? En este país en donde nos alimentamos del odio, de la venganza, de las arrogancias petulantes que el Presidente Kennedy título como "las que ostentan los más débiles que debe alimentar más sus egos para subsistir", en este país tan degradado repetimos, no nos basta, que desayunemos, almorcemos y cenemos, los que si podemos, digiriendo todos los días a la misma hora tanta podredumbre? ¿Por qué no nos dejan tranquilos sin esa marca fatigante, insistente, que nos aplana y no nos dejan vivir en forma mínima con sosiego ?

Estamos hasta la coronilla y no le ponemos comillas al dicho aquí escrito pero popularmente escuchado todos los días en todos los estamentos y estratos. Si a este panorama agregamos la corrupción como la pandemia gemela pero más letal aun, la justicia que no solamente adolece de confianza ciudadana sino que la alimenta cada día más con sus escándalos, la feroz oposición política en pro de satisfacer los egos y alimentar las nostalgias de poder mientras protegemos los intereses económicos personales, si agregamos a todo ello, repetimos, la falta de futuro, de esperanzas, de ilusiones, de programas, a donde vamos a llegar o mejor preguntar, que será de nuestras descendencias?

Hay muchos sofismas de distracción circulando especialmente entre la irresponsabilidad de algunos medios de comunicación y las redes sociales. Que si el PIB bajó o subió, que si la pandemia produjo menos fallecidos, que los auxilios, que los subsidios, que los créditos, que si las altas Cortes tomaron tinto o un jugo de frutas, que si la Fiscalía puso música o siguió con, "se abrieron las investigaciones del caso". En fin dale y dale con la forma de táparnos los ojos u oídos. ¿Hasta cuándo? ¿Eternamente viviremos con estas 20 palabras nefastas o en próximas columnas aumentaremos a cincuenta o cien ? Pobre Colombia!