Con sonriente foto en palco del Metropolitano de algunos de sus integrantes estrenando camiseta de la selección, la entonces denominada “Coalición de la experiencia”, ahora llamada “Equipo por Colombia” anunciaba que oficialmente el exalcalde Char entraba a competir, firmas primero, en la consulta que se supone tendrá lugar en marzo del otro año con miras a elegir candidato a las presidenciales. Aunque parece no quedar mucho tiempo para conseguir el número que se necesita, se da por descontado que planillas deseosas de rúbricas complacientes encontraremos en centros comerciales, afueras de escenarios deportivos, lugares de esparcimiento; y a lo mejor hasta nos entran por las ventanas, no precisamente las de la casa. A la inocultable popularidad del precandidato se suma, como no, una bien aceitada maquinaria electorera potenciada por la amnesia selectiva y bendecida por un voraz comité de aplausos en análogo y digital. Defendiendo la papita, maestro; porque democracia hace rato que parece no haber. Con todas las “ías” alineadas, lo de la democracia es un mero simulacro, una ilusión, o si lo prefieren, una estafa. Como ya se está volviendo costumbre, toca decir que es lo que hay.

La experiencia puede entenderse y definirse de muchas maneras. Para quienes narran historias la experiencia es lo que se guarda de lo vivido para ser contado. No es gratuito el haber escuchado tantas veces a nuestros mayores decirnos “que te quede de experiencia” cada vez que algo nos pasaba, bueno o no tanto, en nuestra niñez y juventud. La experiencia implica memoria y aprendizaje, para a partir de ella tomar decisiones cuando el contexto o la situación lo ameriten.

En esa línea, la experiencia que mayormente deja el ejercicio de poder de los precandidatos de la mentada coalición está plagado de dudas, preguntas sin respuestas, posturas autocráticas, poca tolerancia con la crítica, nepotismo y mucha vanidad. Por supuesto habrá quien diga en justo derecho que también es menester hacer referencia a logros en construcción y desarrollo urbano. Sin duda los hay, pero también sin duda ha faltado claridad en explicar modalidades de contratación, relación con los contratistas, costos reales, procesos de auditoría, deudas y compromisos futuros asumidos. Esas maneras de gobernar puede que se sostengan en los feudos gracias una vez más a la amnesia y la complacencia cómplice. Falta ver si eso alcanza en la jungla despiadada en donde se juega el reality político nacional.

También la experiencia enseña que en política todo puede cambiar menos el afán del propio beneficio. En los meses que faltan seguramente se alinearán fuerzas, se armarán coaliciones de coaliciones, los que eran contradictores irredentos saldrán al frente con las manos tomadas en alto, todo el continuismo se juntará debajo del mismo paraguas y todos harán caso si eso les asegura seguir en el poder. En eso no hay duda: Saben cómo ganar y saben usar el poder para calmar sus afanes.

Allí si tienen experiencia de sobra.

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@alfredosabbagh