Independientemente de que usted sea o no fanático de Diego Armando Maradona hay que reconocer que es uno de los futbolistas que más pasión ha despertado en el mundo del deporte.

Millones se rindieron a sus pies en su época de oro y el mundo del rock fue uno de ellos. Muchos podrían pensar que los rockeros argentinos fueron los primeros en hacerlo, pero curiosamente fue un grupo inglés. Y no cualquier grupo, sino uno de los famosos y consagrados: Queen.

Corría el año de 1981 y Argentina estaba en medio de una tormenta política, los militares estaban al frente del gobierno. Una de las formas de mostrar una apertura fue la de apoyar la visita de artistas extranjeros al país. Esto años antes de la guerra de Las Malvinas.

La gran mayoría de ellos rock, especialmente en un territorio reconocido por su amor al género.

Se anuncia la visita de Queen para cinco conciertos. Tres de ellos en Buenos Aires en el Estadio de Vélez. Además, dos fechas adicionales en Mar de Plata y Rosario.

El empresario encargado de llevarlos era Alfredo Capalvo, reconocido en el medio por traer artistas como Julio Iglesias. No tenía mucha experiencia con el rock ni los artistas anglo. Sin embargo, las cosas salieron bien y todos los conciertos fueron un éxito.

Queen llegaba en medio del éxito de su disco The Game, el más comercialmente exitoso de toda su carrera. Previo a los conciertos de Buenos Aires el presidente de Vélez invitó a la banda a una recepción especial. La banda aceptó y el guitarrista Brian May asistió usando una camiseta de la selección de Argentina lo cual generó desagrado entre los miembros de la prensa dado lo poco usual que era en esos días.

Se lo hicieron saber a la banda y les importó poco. Y justo en esa reunión Freddie Mercury pidió conocer al joven Diego Armando Maradona.

Maradona apenas tenía 21 años. Ya había sido campeón mundial juvenil con su selección y comenzaba su carrera en el Boca Juniors. Ya sabían de sus genialidades y querían una foto con el.

El encuentro finalmente se produjo en los camerinos del Estadio de Vélez el 8 de marzo de 1981. Para la foto Freddie Mercury lució la camiseta de la selección y Maradona una camiseta con la bandera inglesa. Roger Taylor, el baterista, le regalo sus baquetas.

Pero no todo terminó ahí. Cerrando el concierto de Queen, Diego subió al escenario, luego de invitación de Mercury y dijo: “Les quiero agradecer a Freddie y los Queen por hacerme tan feliz y ahora: Otro que muerde el polvo”.

Otro encuentro memorable fue con los también ingleses del grupo Oasis. El 18 de marzo de 1998, luego de un gran concierto en el Luna Park, los hermanos Noel y Liam Gallagher estaban en el bar del hotel medio borrachos acompañados por Sting, que se quejaba del robo que acaba de sufrir en su habitación. Cuando de pronto se siente un escándalo gigante. Era Maradona y un grupo de amigos y “amigas” que habían entrado al segundo piso del bar. Los Oasis entonces le pidieron a su intérprete que querían una foto con el astro argentino.

Al subir al piso especial se dieron cuenta que la fiesta estaba algo pesada y se tomaron la foto de carrera. Maradona le dijo al intérprete: “Diles que si se llevan a una de mis amigas les pego un tiro”.

Los Oasis salieron corriendo y por años contaron la anécdota entre risas y cariño.

Dejando a los ingleses que siempre admiraron a Diego, los rockeros argentinos profesaban una admiración sin medida como la mayoría de sus compatriotas. Muchos le escribieron canciones, se cuentan más de 20 exitosas y conocidas.

Charly García les escribió: Maradona Blues, en la que más que alabarlo, se identificaba con sus demonios. Uno de los apartes de la canción decía: “No sé qué droga te arenga más que yo, pero esta lluvia no pasó, estoy llorando aquí por vos”.

Andrés Calamaro en su canción Maradona acepta sus pecados y declara su apoyo infinito: “No me importa en que lío se meta, Maradona es mi amigo, y es una gran persona el diez”.

Ahí radica la razón por la que el rock entendió tanto a Maradona. Lo consideraban un rockstar, uno más de ellos con sus genialidades, excentricidades, abusos y demonios.