La consulta del Pacto Histórico fue la bandera verde para el inicio de la carrera presidencial del 2026.

Mientras tanto, por los lados de la derecha y del centro hay una gran cantidad de candidatos que, como declaró el expresidente Álvaro Uribe, “desde Sergio Fajardo hasta Abelardo De La Espriella”, deben buscar mecanismos de unidad.

Sí señores, ¡La unión es el camino! Y debe concretarse pronto, porque en estos momentos una de las pocas certezas que tenemos es que la izquierda ‘le madrugó’ a las elecciones. Es urgente decantar candidatos, con sentido patriótico y dejando de lado las vanidades personales. Debemos perfilar al aspirante que enfrente a la izquierda en las elecciones del próximo año.

Pero, ¿Qué cualidades deben caracterizar a quien asuma la máxima magistratura del Estado?

Primero, debe ser alguien que le haga justicia a la dignidad de la institución que representa. Ser Presidente de la República de Colombia es una enorme responsabilidad y un gran honor.

¡El jefe de Estado es la cara visible de Colombia ante el mundo! Por eso, debe ser alguien ajeno a escándalos, que lleve su cargo con altura, prudencia y serenidad.

Segundo, necesitamos experiencia. Quien se instale en la Casa de Nariño el 7 de agosto de 2026 seguramente encontrará las arcas del Estado vacías y un país que clama a gritos la ejecución de iniciativas gubernamentales, en lugar de palabrería y retórica inoficiosa.

¡No es momento de improvisación! Es el momento de alguien de comprobada trayectoria en administración pública.

Debe tener recorrido en materia de relaciones exteriores, para afrontar, por ejemplo, la inédita crisis con Estados Unidos.

Será esencial que el nuevo Presidente tenga buen recibo en las más altas esferas de Washington para limpiar la maltrecha imagen de Colombia ante la administración Trump y en general en el exterior.

El nuevo mandatario también debe ser experto en temas de seguridad. Nuestras Fuerzas Armadas deben recuperar la moral, contar con el pleno respaldo de su comandante en jefe y estar en plena capacidad de actuar.

No podemos seguir así. Volvimos a la época de los secuestros a soldados de la Patria, mientras la inseguridad cabalga rampante en las ciudades y los campos están inundados de coca.

La salud tampoco da espera. La destrucción de un sistema que, con sus defectos, funcionaba, necesita una solución inmediata. La vida de bebés, niños y ancianos está en juego.

También necesitamos de un jefe de Estado con una hoja de vida intachable y una conducta que resista el más minucioso de los exámenes.

Es clave contar con un Presidente que sea amigo de la inversión, que genere confianza y percepción de estabilidad en los mercados, en las calificadoras de riesgo y en los validadores internacionales. Esto se traducirá en más empleo y recursos para financiar programas sociales.

No caigamos en el facilismo de elegir a alguien porque tiene carisma, o porque dice lo que queremos oír.

Elijamos a una persona preparada, idónea y capacitada para asumir la inmensa responsabilidad de dar el viraje que necesita Colombia.

Llegó la hora de la unión, la experiencia y la planeación para recuperar a Colombia.

Expresidente de ProColombia (2018 – 2022)