En Colombia solemos mirar hacia el centro del país cuando hablamos de desarrollo, pero hoy la región Caribe se abre paso con fuerza, como un epicentro de crecimiento económico, social y de bienestar. Esta región, que abarca los departamentos de Bolívar, Atlántico, Magdalena, La Guajira, Córdoba, Sucre y Cesar, agrupa a más de 11 millones de personas (cerca del 20% del total nacional) y genera más de 240 billones de pesos al PIB nacional (15% del total), que en el primer trimestre del 2024 creció 2%, muy por encima del 0,9 nacional, según el Dane.

Así, su posición geográfica estratégica, su conexión con puertos internacionales y el dinamismo de sus ciudades principales, lo convierten en un actor decisivo para el futuro del país y, dentro de ese mapa de oportunidades, el sector farmacéutico emerge como un protagonista silencioso, pero determinante. Este sector aportó el 2,8% al PIB del país en 2024, mientras que las exportaciones de productos farmacéuticos alcanzaron los USD $162 millones entre enero y mayo de 2025, lo que muestra un crecimiento superior al 5% frente al mismo periodo del año anterior, según reportó el Dane.

Además, este sector tiene un gran impacto en el sistema de salud al hacer que los medicamentos lleguen de manera oportuna, segura y asequible a cada hogar del territorio nacional. Sin embargo, el Caribe representa tanto un desafío como una promesa para la salud del país. Esto es, un desafío porque la dispersión territorial y las inequidades históricas han limitado el acceso de muchas comunidades a productos básicos para su salud, mientras es una promesa porque hoy la región se perfila como un nodo logístico que puede transformar la distribución farmacéutica no solo para sus habitantes, sino para todo el norte del país.

Por ende, invertir en el Caribe es imperativo y no es una apuesta local, es una apuesta estratégica de alcance nacional. Allí confluyen factores únicos como una población joven y en crecimiento, una vocación de servicio y comercio, y una ubicación privilegiada que conecta a Colombia con mercados internacionales. Por lo que, si se potencian infraestructuras modernas para la distribución de medicamentos y productos de salud, no solo se reducirá la brecha de acceso al sistema en esta región, sino que se estimulará el empleo, la innovación y el emprendimiento en torno a un sector que genera bienestar directo en la vida de las personas.

La pregunta no es si debemos apostar por el Caribe, la pregunta es si estamos dispuestos a reconocer que el futuro de la salud y el bienestar en Colombia depende de que esa apuesta se haga hoy.

  • Gerente general de Coopidrogas