El pasado viernes viví en carne propia cuatro horas de calvario por culpa de los bloqueos, trancones y fotomultas, en la peligrosa trocha del sol, entre Fundación, Ciénaga y Tasajera, en el departamento del Magdalena.
La bolea de políticos bandidos que tienen secuestrado a ese departamento y las concesiones viales del país llevan 15 años abusando de los transportadores y ciudadanos del país. La construcción de la Ruta del Sol, entre los municipios de El Copey (Cesar) y Ciénaga (Magdalena), forma parte del sector 3, una doble calzada cuya construcción inició en el año 2009.
No contentos con los incumplimientos y sobrecostos, los alcaldes de los municipios de esa zona bananera les entregaron a sus aliados políticos el perverso sistema de concesión de “cámaras ocultas” para imponer fotomultas a quienes no reduzcan la velocidad a 30 km en una vía nacional.
Para rematar, montan unos retenes humanos ilegales —en complicidad con las autoridades—. En esa ruta, los funcionarios públicos, congresistas, contratistas y vándalos montaron prácticamente “un concierto para delinquir”.
Es una vergüenza que la mal llamada Ruta del Sol esté en estas pésimas condiciones. Para que tenga una idea del daño enorme que le están causando a la economía y competitividad del país, ocho de los diez puertos que hay en Colombia se encuentran en la región Caribe.
Por esos terminales marítimos se moviliza el 87% del transporte portuario, con una participación de 95,7% en las exportaciones y de 65,8% en las importaciones, lo que representa un volumen de 157,2 millones de toneladas transportadas por esta vía.
Lo anterior sin contar con los millones de colombianos que toman esa peligrosa vía para ir en plan de vacaciones o trabajo a las ciudades capitales de Barranquilla, Santa Marta y Cartagena.
Los dueños de los cinco peajes y de las cinco cámaras de fotomultas, instalados en esta porquería de carretera, deben estar millonarios. Este es el único país del mundo donde viajar por avión sale más barato que por vía terrestre.
Claramente, la culpa de todas las desgracias de la Región Caribe es de los mismos costeños. Venden cada cuatro años su voto a los clanes políticos regionales para elegir congresistas y gobernantes locales mediocres y corruptos.
Estos no tienen otro interés distinto al de enriquecerse con las coimas de las concesiones de la infraestructura vial, cámaras de fotomultas y demás contratos.
Este perverso sistema político regional tiene a más de 5 millones de familias costeñas comiéndose un plato de comida al día, pagando los alimentos más caros traídos del centro del país y con las peores opciones de conseguir un empleo digno.
El Procurador Gregorio Eljach, el Contralor Carlos Hernán Rodríguez, la Fiscal Luz Adriana Camargo y el Director de la Policía Nacional, Carlos Fernando Triana, están en mora de ponerle freno de mano a este perverso sistema de corrupción pública y abuso de poder.
En el tintero. Los viudos del poder central están muy preocupados porque no van a poder recuperar la teta del Estado. Entre todos, no suman en las encuestas conocidas más allá del margen de error de las mismas.
@indadangond