“Solución desesperada, negocio o
amenaza?” World.org
Hace unos días necesité resolver un “chicharrón” con mi banco y cuando entré a la página me mandó a un chat para “hablar” con un asesor.
Le expliqué mi situación, me pidió mi número de cuenta… Todo parecía normal hasta que, por curiosidad, le pregunté si era humano. “Soy un asistente virtual”, contestó sin inmutarse.
Los creadores de la IA han logrado que la humanidad sea un disfraz que cualquier algoritmo puede suplantar. Y ahora, son ellos mismos quienes recorren el mundo promocionando su nueva invención: World.org.
Una propuesta que suena a un peliculón de ciencia ficción, pero es real. A lo largo del planeta están instalando unos aparatos en forma de “orbe” en los cuales los humanos podemos ir y escanear nuestro iris (El ojo es la nueva huella digital) y obtener una “cédula humana” que nos ayude a diferenciarnos de las máquinas.
Con eso obtienes un identificador único “encriptado” que lo guardas en tu celular y lo asocias a tus cuentas de redes sociales, bancos, chats, juegos en línea y hasta aplicaciones de citas amorosas. Para certificar que eres humano cuando estás en un entorno digital.
Según sus creadores, es la solución para distinguirnos de los bots en un planeta cada vez más automatizado.
Pero hay un detalle inquietante. ¿Los mismos arquitectos de la IA son ahora quienes promueven esta “red humana”? ¿Es un acto de redención? ¿Una iniciativa altruista? ¿O una amenaza disfrazada de salvación?
Y lo que le agrega un tufo a negocio a este proyecto es que por cada escaneo, le entregan al usuario una criptomoneda que puede ser usada como dinero en entornos digitales. Es decir, el usuario le está vendiendo su identidad a un tercero.
World.org afirma que no guarda datos biométricos y que la información del iris se encripta y se destruye después del escaneo. Juran que nadie más puede acceder a ella. Sin embargo, ¿quién nos asegura que no termine siendo vendida a corporaciones o espiada por hackers?
Como van las cosas, verificar que la otra persona detrás de una pantalla o teléfono es de carne y hueso será prácticamente imposible. Y se necesitará una forma de diferenciarnos. Pero entregarle esa autoridad a un magnate de la tecnología no es precisamente lo que me da más confianza. Ya esa película me la vi y no terminó bien para los humanos.
Por eso insisto en mi futurología. Confío en que más temprano que tarde ser humano verificado será un privilegio que atesoraremos. Y la IA, como regla general para todo, nos sabrá a cacho.
@eortegadelrio