Todos lamentamos que el país haya sido descertificado, pero en honor a la verdad, nada distinto podía pasar. La realidad es que en estos tres años Petro empoderó a los narcos, dejó las zonas cocaleras bajo su control y nunca ha mostrado el menor interés en erradicar ni en combatir la producción de coca; no cooperó judicialmente y suspendió la extradición de muy peligrosos delincuentes, entre los que se destacan alias H. H. y alias Mocho Olmedo, prueba de la desbordada tolerancia con que este gobierno maneja sus negociaciones de paz.
Su complacencia con estas estructuras al margen de la ley condujo a que los cultivos de coca alcanzaran su máximo histórico, 300.000 hectáreas en 2025 (70 % del total a nivel mundial). De la mano con el aumento de los cultivos, hemos duplicado la producción de cocaína hasta alcanzar el récord de 2.900 toneladas en 2025.
La erradicación, por su parte, cayó en picada: de 68.000 hectáreas en 2022 pasamos a apenas 9.400 en 2024 y, con corte a julio de este año, tan solo se habían logrado poco más de 3.000. No podemos estar peor. Como bien lo establecieron las autoridades norteamericanas, aquí el único responsable es el señor Petro.
Bueno, es recordar que cuando tuvimos como gobierno esta responsabilidad, entre el 2010 y el 2012, logramos cifra récord en erradicación, reduciendo a 47.000 hectáreas los cultivos de coca. Claro, utilizando todos los métodos a nuestro alcance, erradicación forzosa y aspersión. Solo hasta hace unas semanas, y ante la amenaza de la descertificación, Petro volvió a plantear esta alternativa. Nadie le creyó.
Toda esta situación tiene como telón de fondo la mal llamada ‘paz total’. Al amparo de esta farsa les han entregado tiempo, legitimidad e impunidad a los narcoterroristas. Hoy son más de 22.000 delincuentes en más de 790 municipios del país. Las disidencias de las Farc aumentaron 141 % su incidencia territorial en 299 municipios en 2024. El Eln pasó de tener presencia en 149 municipios a 232 y más de 6.000 miembros, de los cuales más de mil operan en territorio venezolano, y el ‘clan del Golfo’ tuvo un aumento del 84 % en 392 municipios en 21 departamentos. Todos dedicados al negocio del narcotráfico.
El panorama es alarmante y más aún ‘ad portas’ de las elecciones del 2026. ¿Cómo explicar la inacción que raya en la complicidad del Gobierno? ¿Cómo no preguntarse por el criminal ‘pacto de La Picota’, cuya versión 2.0 está fraguándose en las cárceles desde hace algunas semanas? ¿Será en cumplimiento de este pacto que Petro ha suspendido más de 120 órdenes de captura contra los más peligrosos criminales del país, entre las que se encuentran las de ‘Calarcá’ y ‘Andrey’, responsables de un sinnúmero de ataques y asesinatos contra la Fuerza Pública y miles de civiles? Me pregunto si también se suspenderán las 67 que aún permanecen activas.
La realidad es que el resultado de los diálogos a hoy es nulo. Todos los indicadores de criminalidad han empeorado. Los secuestros han aumentado en un 102 %; la extorsión, en más del 40 %; y en algunas regiones, por encima del 60 %. Más de 130.000 desplazados en 2024, sin mencionar la tragedia del Catatumbo. La tasa de homicidios, que el Gobierno pretende manipular, se ha mantenido en ascenso especialmente en regiones como Cauca, Huila, Arauca, Norte de Santander, Chocó y Caquetá, por mencionar solo algunas.
El deliberado debilitamiento de la Fuerza Pública es inocultable y muy preocupante. En estos años ha tenido una reducción considerable en número de efectivos, la cúpula ha sido desmantelada en repetidas ocasiones, y las acciones militares ofensivas han caído en un 40 %. Baste mencionar que de los 360 helicópteros con los que cuenta la Fuerza Pública, cerca del 40 % están fuera de servicio. La reducción de capacidades operativas y de inteligencia es absoluta.
A esta realidad se suman los anuncios del Gobierno de renunciar al apoyo militar de los Estados Unidos. Mucho me temo que quedarán en nada, pero la actitud desafiante de Petro contribuirá a exacerbar los ánimos. A estas alturas nos debe quedar claro a todos que este gobierno no va a corregir el rumbo; su único interés son las elecciones del próximo año y para eso cuenta con sus aliados de los grupos con quienes mantiene abiertos procesos de negociación. Narcotráfico, ‘paz total’ y permanencia del petrismo en el poder son tres caras de la misma realidad. No nos equivoquemos.