El liderazgo femenino en comparación con el masculino presenta similitudes fundamentales, ambos pueden ser igualmente efectivos y productivos, pero con diferencias en estilos y prioridades, influenciadas por factores culturales, psicológicos y sociales.

Y es que desde hace mucho tiempo la mujer comenzó a ejercer un rol protagónico tanto a nivel familiar como profesional, sumado a unas nuevas generaciones de mujeres mejor preparadas académicamente, con un gran talento y capacidades extraordinarias, con mucho que aportar en el mundo económico, político, social, artístico y cultural. Cada vez vemos muchas más mujeres en cargos donde se toman grandes decisiones, presidiendo importantes empresas privadas y públicas, en juntas directivas o siendo protagonistas a nivel internacional en el mundo del entretenimiento.

Diversos estudios e informes como el de McKinsey Global Institute y del Boston Consulting Group nos muestran que las empresas con mayores representaciones femeninas en cargos importantes tienen mejores resultados financieros, ambientes laborales más equitativos y motivadores, una mejor imagen pública y una mayor aceptación social, ya que representan valores de inclusión, equidad y progreso. Igualmente, las mujeres líderes tienden a fomentar un enfoque más participativo, con mayor empatía y una alta inteligencia emocional, se enfocan en el desarrollo del potencial humano y una gran resiliencia y capacidad de adaptación.

Sin embargo y pese a estos avances, las mujeres enfrentan múltiples desafíos para acceder y mantenerse en posiciones de liderazgo; las barreras invisibles para que asciendan a niveles más altos en las organizaciones; las brechas salariales con respecto a los salarios de sus compañeros hombres, aún ocupando cargos y responsabilidades similares; la necesidad de equilibrar sus responsabilidades familiares con las profesionales y, otros sesgos inconscientes y anticuados que afectan su promoción y credibilidad.

Para que más mujeres accedan a posiciones de liderazgo se requieren políticas organizacionales, educativas y sociales, como programas de mentoría y desarrollo profesional para mujeres con potencial de liderazgo, licencias equitativas y horarios flexibles, transparencia salarial y cupos de participación en cargos importantes.

Barranquilla cuenta con mujeres líderes potentes, en diversos sectores, Shakira, Sofía Vergara, Elsa Noguera, Silvia Tcherassi, Margarita Cabello, Katia Nule, Sofía Carson, entre otras, nos aportan una imagen inspiradora que refleja, con lujo de detalles, el gran poder transformador del liderazgo femenino en nuestra ciudad.

@henrydelae