Durante el foro de la OCDE realizado con total éxito la semana pasada en Barranquilla, en uno de los paneles principales del evento, con el reconocido periodista Roberto Pombo Holguín actuando como moderador y, acompañado por nuestro alcalde Alejandro Char y Lamia Kamal-Chaoui, directora del Centro para el Emprendimiento de Regiones y Ciudades de la OCDE, se hizo un análisis completo, por parte de nuestro alcalde, de los aspectos más importantes y positivos que han llevado al desarrollo y posicionamiento de Barranquilla en los últimos 17 años, llegando a convertirse en una ciudad referente en el panorama nacional y latinoamericano, ratificando su consolidación como ciudad anfitriona de eventos internacionales y mundiales de alto nivel.
Como si fuera poco, Barranquilla ha sido escogida por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), junto con Bogotá, para ser sedes alternas de la reunión anual de la red de ciudades latinoamericanas en el próximo año 2.026, el cual reunirá a mandatarios locales, expertos y líderes de toda américa latina, en la que se compartirán experiencias exitosas de desarrollo y progreso.
Una de las preguntas que más llamó la atención, formulada a la funcionaria de la OCDE fue: “¿cómo seguir avanzando en el desarrollo de una ciudad que ha llegado ya a un nivel tan importante? ¿qué sigue ahora?” La respuesta de Lamia Kamal-Chaoui fue muy contundente: “actuando decididamente en el poderoso beneficio de invertir en los liderazgos de la gente”.
Es considerada una inversión inteligente y profundamente humana, es creer que el potencial está en la gente y que lo mejor que podemos hacer por una ciudad es empoderar a quienes están ayudando en su transformación desde los niveles más bajos.
Cuando se invierte debidamente en el liderazgo de las personas, se construye una sólida comunidad, capaz de construir sueños en común, se fortalece la confianza y se bloquea el miedo, y eso, más que cualquier política, es lo que hace sostenible en el tiempo el verdadero desarrollo.
Cuando una ciudad apoya a sus líderes naturales, no sólo les da herramientas, les da confianza, y a su vez, con esa confianza, activan soluciones, unen esfuerzos, reconstruyen los vínculos y despiertan la esperanza en un liderazgo fortalecido que inspira a muchos.
Necesitamos seguir creyendo en los líderes que ya tenemos en los barrios, en las escuelas, voluntariados y fundaciones, hay que seguirlos escuchando y valorando, porque invertir en el liderazgo de las personas es sembrar raíces profundas para un futuro mejor para todos, y eso es muy poderoso.
@henrydelae