No es lo mismo ser Ministro de Defensa en Suiza, Portugal, Noruega o Dinamarca, que en Colombia. En esa región de Europa la mayoría de la gente lo tiene todo. Muchos se aburren de esa vida, pues en algunos casos el exceso de paz transforma la personalidad del ser humano. Allá se suicidan porque la vida les sonríe a carcajadas. Aquí para sobrevivir es una lucha a muerte.

Por eso, según el humorista Emilio Lovera, cuando un colombiano o venezolano llega al cielo, y por su buen comportamiento en la tierra San Pedro le asigna un espacio en los jardines del cielo, a los ocho días ya está aburrido haciendo muecas y madreando a todas las almas que se le atraviesen, pidiendo entonces un cambio de domicilio para que lo manden al infierno donde las cosas se mueven dentro del mundanal ruido.

El Ministro de Defensa europeo duerme toda la noche. El de Colombia por mucho, cuatro horas. Este Ministro nuestro tiene que enfrentar diariamente todas las formas de delincuencia organizada y la común: carteles, bandas, grupos, oficinas de sicariatos, guerrillas, disidencias, terrorismo, organizaciones contra el medio ambiente, narcotráfico, minería ilegal y corrupción estatal, entre otras. Capturan a un jefe de una banda y de inmediato sube su remplazo; acaban con un grupo, pero surgen otros pequeños como si se tratara de salamandras o del ajolote mexicano capaz de regenerar parte de su cuerpo.

¿Y, Cuánto gana este funcionario? Es un deseo de servir a su país exponiendo diariamente su vida y su salud mental. Tiene el mismo salario que el Ministro de Deporte y el de Cultura, entidades que no tienen funciones definidas y que en un plan de austeridad deben desaparecer. Además, recibe mucho menos que el Presidente del Banco Agrario, que un Congresista, que el director del fondo de garantías de instituciones financieras, que el subsecretario del Senado y bien lejos del salario del Presidente de Ecopetrol, que llega a los 100 millones de pesos mensuales.

Este Ministerio de Defensa está mal financiado, pues mientras la delincuencia se fortalece con recursos económicos del narcotráfico y tecnología militar de última generación, nuestros héroes al servicio de la patria no cuentan con el apoyo presupuestal del gobierno.

Es el único cargo en la nómina del Estado que no pueden nombrar a un loco o a un bobo sino a una persona con un sólido equilibrio emocional en el manejo del poder, según nos enseña Daniel Goleman, pues la vida, honra y bienes de más de 50 millones de colombianos está en sus manos.

@FcuelloDuarte